Alberto Salas: De pequeño minero en Lambert a líder del empresariado

alberto salasEl ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), cuenta sobre sus inicios como hombre de negocios en la región y del camino que tuvo que recorrer para llegar a este sitial

En marzo de 2015, por unanimidad las 6 ramas que componen la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la Sociedad Nacional de Agricultura (CNC); La Cámara Nacional de Comercio (CNC); la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI); La Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA); la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y la Asociación de Bancos eligieron a Alberto Salas como presidente de la entidad.

Había consenso en que se trataba de la persona idónea. Su capacidad de diálogo fue señalada como una de sus grandes fortalezas. La otra, las redes y llegada en la Nueva Mayoría, el gobierno y su cercanía con la Presidenta Michelle Bachelet.

Pero no dejó de llamar la atención que fuera un dirigente que no proviniera de la “elite” empresarial, que históricamente había ocupado este tipo de cargos. Salas había estudiado en establecimientos de educación pública en la región de Atacama y se inició en los negocios desde abajo, en la pequeña minería.

Son estos orígenes ligados a la región de Coquimbo precisamente los que hoy rememora, indicando que sin lugar a dudas “fue una época muy linda y que la verdad la recuerdo con muchísimo cariño”. Asegura que marcó el camino de logros dirigenciales que vendrían a la postre.

PEQUEÑO MINERO EN LAMBERT

Alberto Salas es hijo de un ingeniero de minas y una profesora normalista. Se crió en Paipote, Copiapó y estudió en la escuela de ingeniería de la Universidad de Chile, donde se tituló en 1978.

Cuenta que siempre tuvo la ambición de crear su propio negocio. “Cuando salí en 1978 tomé un paso distinto y dije quiero ser empresario. Todo mi curso se fue a Codelco, a Enami, a la Enap, a la gran minería y yo busqué qué hacer, quería ser empresario pero no tenía ningún dinero”, precisa. Había entonces que rebuscárselas.

En esta búsqueda comenzó a recorrer el norte, hasta que por cosas del destino llegó a la capital regional, donde comenzó a formar parte de la asociación minera de La Serena. “Ahí pregunté, hice saber mis inquietudes y me ayudaron”, indica.

Estos contactos le hablaron de unas pequeñas minas que se podían alquilar y explotar. “Me recomendaron unas minas que arrendaban, las visité y arrendé una. Además tenía un primo trabajando en pequeña minería, también ingeniero minero y partí con él trabajando una mina cerca de Lambert y le vendíamos mineral a la Enami”, recuerda.

La tarea no fue fácil, sostiene, a esas alturas se trataba de una actividad bastante rudimentaria y que requería el máximo de esfuerzo.

“Tenía que hacer todo lo que hace un pequeño minero, me iba con el camión a la mina en la mañana, volvía en la tarde con una camionada y después el día viernes en la agencia de compras de Guayacán teníamos que hacer la cola para que nos dieran los anticipos o las liquidaciones según correspondiese”, relata.

Pero las labores rindieron fruto y eso lo llevó a querer mejorar. Con lo que pudieron, desarrollaron un sistema que permitiera optimizar la producción. “Hicimos una planta con trapiche, que son unos molinos bien rudimentarios y vendíamos el concentrado en Guayacán. Después tuvimos otra mina en el camino a Andacollo”, puntualiza.

“Esos fueron mis inicios empresariales, estuve 4 años en la Serena, de hecho mis dos hijos mayores nacieron acá. Fue una época muy linda, la verdad la recuerdo con muchísimo cariño”, plantea.

Pero llegó la crisis de 1982, el negocio ya no era tan rentable y decidió emigrar. “Me fui al norte, a trabajar en las minas de plata en Tarapacá, en Iquique”, dice.

EL INICIO DEL CAMINO GREMIAL

Estando en el norte comenzó nuevamente a irle bien. De hecho logró ingresar ahora a la mediana minería, mucho más desarrollada que la que desempeñaba en la región. Ahí, surge su interés por ir más allá y buscar cambios.

“A fines de los 90 me di cuenta que uno como empresario no tenía ninguna posibilidad de fluir en políticas públicas, pero sí en los gremios y como yo era socio de Sonami desde que inicié mis actividades en 1978, ahí me dediqué a la actividad gremial en esa entidad”.

En adelante no paró. En 1998 llegó a ser gerente de Sonami. El 2004 fue elegido segundo vicepresidente y el 2007 llegó a ser primer vicepresidente.

Ya en noviembre de 2009 debió asumir el cargo de presidente de la misma entidad minera sin elección tras la sorpresiva dimisión de Alfredo Ovalle. Nueve meses después la mesa directiva lo ratificó en su puesto hasta 2013, tras el triunfo de su lista. Con posterioridad fue reelecto llegando a estar al mando de la entidad entre el 2010 y el 2016.

LA CPC, SU MAYOR DESAFÍO

“De ahí se dio el salto a la CPC, que no me lo esperaba. Jamás pensé que podría llegar a esta entidad, porque el perfil de esos dirigentes siempre es de grandes empresas y yo venía de la pequeña empresa, pero así fue”, señala Salas.

Pese a ello, descarta que su procedencia haya tenido influencia en la gestión durante su mandato. “Yo creo que se dio una coyuntura en que la biografía de venir del norte, de haber estudiado en la escuela básica de Paipote, después en el liceo José Antonio Carvajal de Copiapó, de venir de estudios fiscales y se dio esa alternativa y con mucho agrado fui elegido por unanimidad, las 6 ramas de la CPC pensaron en mí, me pidieron que asumiera y lo hice con mucho gusto”.

No obstante, reconoce que ha sido uno una de las responsabilidades más relevantes que ha debido afrontar. “Es un cargo que creo que ha sido, no sé si el más complejo, pero si ha sido el desafío más grande que he tenido en mi vida profesional, personal y gremial”, detalla.

UN PERIODO COMPLEJO

Pero su gestión no estuvo exenta de dificultades. Al ser consultado por cuáles serían las mayores complejidades que debió enfrentar, manifiesta que sin lugar a dudas las reformas impulsadas por el gobierno y los casos de colusión son temas que lo marcaron.

“Me tocó un tiempo muy complejo, de profundas reformas en el ámbito político institucional. Había asumido la Presidenta Michelle Bachelet y ella inicio un camino de muchas reformas, las que compartimos, cuando ella dijo que había que hacer una reforma tributaria para poder financiar la reforma educacional los empresarios estuvimos de acuerdo, pero el problema fue que no se hicieron de buena manera. Nosotros estábamos de acuerdo en que al gasto permanente, ingreso permanente y había que hacer una reforma tributaria, pero no sé si se hizo de la mejor forma y eso trajo complejidades al país”.

Se hicieron muchos cambios, indica, los que a su juicio “crearon un escenario de mayor incertidumbre y que se tradujo en menor inversión y menor crecimiento”.

Por otra parte, se conocieron los bullados casos de colusión, que involucraban a importantes conglomerados empresariales.

“Me tocó enfrentarlo con mucho dolor, distintas situaciones que fueron planteadas, situaciones que condenamos oportunamente siempre, con mucha firmeza, no lo amparamos y nunca lo vamos a hacer”.

El problema, dice, es que esos temas desafortunadamente no solo dañaron la confianza de la ciudadanía en el empresariado, sino que además perjudicaron la imagen de estos en forma general. “Ese es un gran tema, porque estos fueron solo algunos pocos casos, pero hay miles de empresarios que todos los días trabajan con apego irrestricto a la ley, con ética, apoyando a sus trabajadores, para poder aportar al desarrollo de Chile y para ofrecer mejores productos. Entonces, estos temas tienen la desgracia de que generalizan y no solo al empresariado, en todos los ámbitos, en Carabineros hay un grupo que hace temas de malas prácticas y se piensa que todos son así y no es cierto”.

Eso lo llevó a tomar medidas concretas “y nos instó a pedirle a las ramas de la confederación que mejoraran sus códigos de buenas prácticas, de conducta y también ha sido un trabajo que ha avanzado mucho y que sigue avanzando, pero que efectivamente fue un tema complejo y doloroso para mí”, puntualiza.

Pero también destaca los logros. Asegura que en lo interno, se pudo armonizar a las 6 ramas en forma unida “y en eso estoy muy agradecido del apoyo recibido por cada uno de los presidentes. Hicimos temas que fueron parte de la coyuntura respondiendo a esta reforma y al día a día. Logramos crear un comité de productividad, hicimos 9 mesas de trabajo finalmente fuimos capaces de entregar al país 109 propuestas para mejorar la productividad, 41 de ellas que dependen del propio empresariado”.

Adicionalmente, agrega, le tocó enfrentar la discusión por el tema de las pensiones “en que nuevamente hicimos un trabajo en conjunto las 6 ramas de la confederación e hicimos un estudio tal vez con las personas más expertas en temas de previsión e inversiones y también entregamos una propuesta al país”.

En relación a cómo fueron recepcionadas estas propuestas, plantea que “creo que la productividad fue un  tema que caló hondo, nosotros hicimos una propia comisión en esta materia, después conversando con el gobierno la Presidenta declaró el 2016 como el año de la productividad, fue un tema que los empresarios llevamos a la OCDE a Paris, lo hemos puesto en la APEC también”.

En el tema de pensiones, en tanto, señala que “hicimos un aporte que es una referente de como en definitiva podemos mejorar las pensiones de los chilenos. Ahora, puede que políticamente pueda ser más complicado, pero aportamos al debate”, puntualizó.

SUS PROYECTOS FUTUROS

Tras dejar la CPC, Alberto Salas señala que ahora enfocará sus esfuerzos en su nueva labor tras ser nombrado en la presidencia del Consejo Directivo de INACAP. Por el momento, dice, participará en algunas mesas de trabajo, pero se mantendrá alejado un tiempo del trabajo gremial. “He tenido el honor de ser nombrado presidente de Inacap y estoy liderando un plan de desarrollo estratégico de largo plazo en que queremos llevar a Inacap a convertirse en una institución de nivel mundial”, puntualiza.

LAS PROYECCIONES ECONÓMICAS

En cuanto a cómo ve el escenario económico que enfrentará el país este año, Alberto Salas plantea que no ve una recuperación en el mediano plazo y asegura que será un desafío importante que deberá enfrentar el gobierno.

“Vamos a completar con este año 4 años de crecimiento muy bajo, los 4 años más bajos en los últimos 30 años y no vemos las condiciones para poder generar mejores expectativas. Este es un tema de responsabilidad de todos, que no podemos quedarnos de brazos cruzados, diciendo que hay elecciones y que esto se tome la agenda, pero es un tema que tiene que liderar el gobierno, que tiene la responsabilidad, porque todavía hay 2 millones de pobres, 3,6 millones de mujeres sin acceder al mundo del trabajo y por lo tanto es ahora, hoy día, que hay que tomar esto y no perder un año por el tema de las elecciones. No lo veo mejor que el 2016, pero si señalar que los empresarios estamos dispuestos para trabajar en eso”, precisa.

Fuente: Diario El Día

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