La industria del cobre enfrenta una demanda y regulaciones crecientes

chuqLas nuevas tecnologías aumentan los requerimientos de mineral, al mismo tiempo que los principales países consumidores endurecen sus restricciones ambientales.

El arsénico y otras impurezas seguirán estando en el agua, los suelos y el aire, aseguró el gerente general de la filial de Codelco, Ecometales, Iván Valenzuela, durante la apertura del primer encuentro internacional de Minería y Desarrollo Sustentable, que en su primera edición se enfocó en las impurezas, las tendencias regulatorias entre los principales países compradores, los mercados y la tecnología.

En este contexto, el ejecutivo de la empresa que se dedica desde el año 2000 a buscar soluciones ambientales y procesos para recuperar minerales, agregó que «sabemos que las regulaciones seguirán cada vez más estrictas, por lo tanto, no es fácil el futuro que se nos viene, pero simultáneamente representa una gran oportunidad para el sector del manejo de impurezas y recuperación de valor», dijo.

Valenzuela prosiguió señalando que «con inteligencia y recursos, traduciremos esas restricciones en nuevas y mejores soluciones, compatibles con el cuidado del medioambiente y con la realización de buenos negocios. Debemos buscar soluciones de otras industrias y salir del paradigma de un sector que se mira solo a sí mismo», llamó.

Mercado creciente

El ejecutivo destacó que resolver estos desafíos medioambientales es clave en un mercado cuprífero en expansión, sobre todo por la evolución de las nuevas tecnologías. Al respecto, ejemplificó detallando que «en una plazo de 20 años se estima que los autos que se fabriquen serán mayoritariamente eléctricos. Cada uno de los cuales usa 80 kilogramos de cobre, comparado con los 20 o 30 kilogramos de un auto a combustible», explicó.

Lo que se traduce en un crecimiento de un 2% de la demanda de cobre, «estimación más que razonable, supone del orden de más de 500 mil toneladas de cobre nuevo cada año», cree el timonel de Ecometales sobre una proyección que supone un aumento de 150 mil toneladas de cobre adicionales cada año para la industria cuprífera nacional, eso, si el país pretende mantener protagonismo en el mercado cuprífero mundial.

Desafíos complejos

El vicepresidente de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), Sergio Hernández, también analizó la actualidad de minería del cobre, advirtiendo que «enfrentar el desarrollo minero hoy en día es complejo, porque hay exigencias de todo tipo, requerimientos que no existían hace 20 años. Exigencias, primero, de la naturaleza, pues hoy en Chile tenemos minas más viejas, que presentan mayores impurezas, mayor dureza de la roca y mayor profundidad del mineral para extraer el cobre».

Hernández dijo que las exigencias consideran también mayores regulaciones en los mercados internacionales, lo que también está en proceso en Chile, donde «está la posibilidad de una regulación fuerte al transporte de concentrados de cobre desde las mineras y hasta llegar a los puertos. Además tenemos mayores costos, mayor contaminación. En fin, desafíos que tenemos, que debemos superar para hacer viables los negocios», dijo.

Manejo de impurezas

El director de la división Tecnología de Minería y Metalurgia de Japón (Jogmec), Taro Kamiya, fue otro de los expositores del seminario internacional, ejecutivo que destacó que su país importa cada año 1,3 millones de toneladas de concentrado de cobre, el que procesa y refina en sus cinco fundiciones, lo que deja una enorme cantidad de impurezas, entre ellas arsénico, por lo mismo su país apuesta a que las impurezas se reduzcan en el proceso de producción de los concentrados.

Mientras ese objetivo se alcanza, el personero de la corporación nacional, destacó que existen muchas técnicas para estabilizar y utilizar el arsénico, por ejemplo, una parte que resulta de los procesos de fundición, bajo ciertas condiciones, es mezclado en el hormigón que se utiliza para construcción; a eso se suma la separación magnética; los procesos de flotación a base de reactivos con sustancias bioquímicas, pues algunas biomoléculas se unen a ciertos metales específicos; además de la utilización de reacciones químicas simuladas por computación para desarrollar nuevas soluciones. «Investigaciones que esperamos puedan ayudar a la industria del cobre a nivel mundial», dijo Kamiya.

En el mismo sentido, el vicepresidente de Cochilco, Sergio Hernández, dijo que algunas de estas innovaciones para procesar las impurezas se están empezando a aplicar de forma importante en Chile y «Ecometales es una gran experiencia, práctica, de laboratorio, con su lixiviación de polvos de fundición y efluentes ácidos con recuperación de cobre y la estabilización de arsénico como escorodita; pero también estamos observando con detención todo lo que está pasando en China y cómo está abatiendo el arsénico», sostuvo.

«Ahora -añadió- hay un ejemplo mundial espectacular que es la fundición Aurubis, con sede en Hamburgo, que está en medio de la ciudad y capta el 99,5% de los gases. Es una fundición que da empleo, encadenamiento productivo a la zona, mejoría económica y beneficios tremendos para la ciudad y sin emitir un solo polvo, ni un solo gas. Esas son las tecnologías que tenemos que tomar como ejemplo y aplicar rápidamente en Chile».

«Abordar la problemática de residuos e impurezas es uno de los principales desafíos de la industria minera. Es imprescindible hacerlo públicamente para movilizar voluntades y recursos que apalanquen iniciativas de investigación y de política pública», señaló, por su parte, el gerente general de Ecometales y miembro del comité organizador del seminario, Iván Valenzuela.

Hay oportunidades

Sin embargo, en materia de impurezas no todo es restricción y amenazas. Desde otro punto de vista, aparecen no pocas oportunidades para recuperar valor desde el procesamiento de impurezas, mediante la recuperación de subproductos, tan escasos como valiosos. David Dreisinger, investigador en Hidrometalurgia de la Universidad de British Columbia, Canadá, quien ha trabajado codo a codo con la industria minera en esta materia, llamó a abandonar la conceptualización de impurezas y reemplazarla por la de «elementos críticos».

Dreisinger estimó en 20 las materias primas definidas como críticas por la Unión Europea, entre las que se encuentra una serie de metales como el selenio, el telurio o bismuto, asociados a al procesamiento del cobre, que se utilizan en la industria energética y farmacéutica y cuyos precios superan ampliamente el valor actual del cobre.

«Necesitamos tener una estrategia para recuperar valor en la industria minera y eso pasa por conceptualizar de manera distinta», insistió Dreisinger, comentando el caso de las tierras raras en China, que en tres décadas pasó de producir concentrado de estas a aplicaciones en motores y electrónica.

75 MIL TONELADAS DE COBRE FINO

El gerente de Desarrollo y Negocios de Ecometales, Carlos Rebolledo, destacó, durante el seminario que se enmarcó en la semana Cesco, los positivos resultados de la empresa filial Codelco, que desde 2007 ha procesado más de 400 mil toneladas de polvos de fundiciones de Codelco (Chuquicamata y Ventanas), lo que le permitió recuperar mas de 75 mil toneladas de cobre fino, al mismo tiempo que abatir más de 7.500 toneladas de arsénico como residuo estable en la forma de escorodita.

500 mil toneladasaumenta cada año el consumo de cobre, lo que equivale a un 2%. 150 mil de esas toneladas debería ser producidas por Chile, si desea mantener el liderazgo mundial de la industria.

75 mil toneladasde cobre fino ha sido recuperado por Ecometales desde las divisiones Chuquicamata y Ventanas de Codelco, en 10 años de operación. Además de abatir 7.500 toneladas de arsénico.

80 kilogramosde cobre necesita la construcción de un auto eléctrico, que serán mayoría dentro de 20 años, versus los 20 a 30 kilogramos que necesita hoy un auto a combustible.

 ( El Mercurio de Calama)
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