La chilena de servicios sanitarios Aguas y Riles hizo este viernes una férrea defensa de los sistemas para desalar agua, esto tras el resultado de un reciente estudio de Naciones Unidas que afirmó que las plantas de este tipo «generan más residuos tóxicos que agua».

«Hoy en día las plantas desalinizadoras dejaron de ser una innovación y se transformaron en una necesidad: sus operaciones contribuyen a mejorar la disponibilidad y continuidad del suministro de agua a nivel industrial y social. A través de estas es posible abastecer de agua potable a urbes completas», subrayó el gerente general de la empresa, Mauricio Montecinos, en una carta enviada al director de `El Mercurio`.

Indicó que un caso puntual es la Región de Antofagasta, donde la expansión de la planta desaladora ubicada al norte de la capital permite cubrir el 85% del consumo de la población y en 2020 llegar a toda la comuna. «En localidades al norte del país, la gestión de este proceso ha posibilitado el desarrollo de la agricultura y, como consecuencia, el crecimiento y desarrollo urbano del lugar», remarcó.

Estimó que no es ningún secreto que, al ser determinante para la estabilidad mundial, el proceso de desalinización forme parte del corazón de la geopolítica de muchos países, incluido Chile, siendo punto de conflicto para quienes desean regularla a través de la intervención total privada o del Estado.

«En este sentido, invito a ver con objetividad lo que implica todo el sistema de desalación en el país, así como sus beneficios a nivel económico, social y medioambiental, entregando una solución a la crisis mundial del agua», finalizó.(eyn)