Juan Benavides, presidente del directorio de Codelco: «Estamos haciendo una revisión bastante profunda de todos los proyectos, de manera tal que la inversión de capital comprometida para cada año pueda ser reducida»

Seis meses está cumpliendo Juan Benavides Feliú en la presidencia del directorio de Codelco, sucediendo en el cargo a Óscar Landerretche. En este período ha estado a toda marcha, empapándose del quehacer de la minera. La semana pasada, cuenta, estuvo en Australia en dos eventos: el ICMM, consejo que agrupa a las grandes mineras del mundo, y la IMARC, convención y feria que convoca anualmente, en ese país, a los principales actores de la industria. «Fui solo y participé en un panel. El presidente del directorio de Codelco es miembro del consejo del ICMM y por eso me corresponde asistir, y esto coincidió con IMARC, donde participé en un panel sobre visión de la minería del cobre y de Chile», detalla. Y este fin de semana partía a China, para participar de la Asia Copper Week de Cesco.

También se ha dado tiempo para ir a terreno y visitar casi todas las faenas de la minera, algo que Benavides considera «esencial, para entender mejor lo que explican los ejecutivos o lo que presentan a través de cifras». Solo le falta Salvador para completar este periplo, lo que ya está agendado para los próximos días.

Pese a que su pasado más extenso estuvo en la industria del retail y luego en la de pensiones -fue gerente general corporativo de Falabella, por 8 años, hasta 2012, y luego presidente de AFP Habitat-, la minería no es un tema ni ajeno ni desconocido para él. Su padre se dedicó a este rubro como gerente general de minera Tamaya, hasta 1972. «Lo acompañé muchas veces, así que tenía bastante claridad de los conceptos básicos de la minería», rememora Benavides.

Su día a día en Codelco es intenso. «Vengo todos los días y estoy una buena parte del día acá», relata el mandamás directivo de la mayor minera de cobre del mundo, quien en su primera entrevista como presidente de la estatal abordó con «El Mercurio» los temas que hoy cruzan a la corporación, partiendo por identificar sus desafíos más significativos: ejecutar los proyectos estructurales a un menor costo, y por cierto, el gobierno corporativo. «Dejar una compañía en que todos los aspectos relativos a probidad, transparencia, eficiencia, y como resultado de eso, una mayor asignación de recursos al Estado se traspase en el tiempo, y que esto -que ya había comenzado- se profundice y se extienda en el tiempo», resume.

Respecto de los proyectos estructurales, enfatiza su meta de que al año 2022, «cuando me corresponde dejar esto, estén andando muy bien y uno pueda decir con tranquilidad que Codelco se extenderá en el tiempo por muchos años más y con una visión de futuro con mucha eficiencia, productividad y modernidad en su operación, con mucha innovación y muy sustentable, en lo cual tenemos mucho en lo que ponernos al día».

Esta frase está lejos de ser una declaración para el bronce. Benavides alerta sobre la enorme complejidad que significa esta vorágine de proyectos que tiene en simultáneo la compañía, que «no los tiene ninguna minera del mundo en este minuto, que es entregar un proyecto estructural de estas magnitudes por año. Eso es un tremendo hito, quizás para muchos incomprensible. Son muy pocas las compañías que en forma simultánea pueden estar haciendo esta cantidad de proyectos. Si me preguntan diez veces, diez veces responderé: el foco de la compañía tiene que estar en dejar funcionando estos proyectos estructurales y que con eso Codelco logre quedar finalmente estabilizada para generar recursos con los cuales servir su deuda y entregarle recursos al Estado de Chile. De no cumplirse eso, estamos en un problema. Entonces, cuando empiezan a decir ‘hagamos este nuevo proyecto o esta otra cosa’, les digo ¡por favor no nos perdamos! Cuando estamos hablando de inversiones por US$ 39 mil millones y de una compañía que tiene US$ 14 mil millones de deuda, hago que varias personas pongan los pies en la tierra un ratito», advierte.

Eso, sin restarle importancia a otros aspectos esenciales: la agenda de productividad y costos; sustentabilidad, para la continuidad de la operación de acuerdo con estándares de la minería del futuro; «operación autónoma, con una gran componente robótica y digital. Esto requiere también una transformación cultural del equipo humano. Todo esto está siendo muy abordado por el gobierno corporativo y el equipo ejecutivo», resume.

-¿Cómo ha sido la división de roles con Nelson Pizarro, el presidente ejecutivo?

«Está definido muy claramente lo que le corresponde a cada uno. Por largos años fui gerente general de una compañía y entiendo muy bien dónde están los límites de la presidencia de un directorio y dónde están los límites de una gerencia general, y en eso hemos operado muy bien con Nelson, tengo un muy buen entendimiento con él, ha sido muy fácil la relación, porque tenemos estilos relativamente similares: somos muy simples y directos, nuestra forma de actuar es muy transparente, sin rodeos y cada uno se dedica a lo suyo. Él dirige el equipo ejecutivo y nos reunimos una o dos veces en el día a revisar cosas de la contingencia y otros temas relevantes. Mi formación en el mundo empresarial es plenamente aplicable a lo que estoy haciendo hoy acá. Entiendo muy bien a lo que está abocado Nelson Pizarro y su equipo, tengo mucha comunicación con él».

-¿Se conocían de antes?

«Lo invité un par de veces a Icare y ahí tuvimos la oportunidad de conocernos, pero fue una cosa relativamente breve».

-¿Nelson Pizarro se queda y hasta cuándo?

«Nelson Pizarro es una persona que ha dedicado su vida entera a la minería, tiene un gran conocimiento, liderazgo, le encanta lo que hace y no tiene plazo, está aquí en forma indefinida. Tiene el apoyo unánime del directorio, y eso es lo que hay con él hoy».

-Con el cambio de gobierno y en el directorio, él dijo que se iba y luego difirió su salida, dando a entender que se quedaría por un período de transición.

«Todos en algún momento nos vamos. No hay ningún plazo, ni periodo de transición, ni nadie que en este momento esté asumiendo como segundo de él, nada de eso existe. Él ha señalado que tiene su edad y otras cosas que en algún momento le podrían significar cambiar su agenda, pero por el momento es una persona que uno la ve y está fascinada, con una agilidad impresionante. No hay plazo para que se vaya».

-Se decía que se quedaría hasta el inicio de operaciones de Chuqui Subterránea.

«Para Nelson Pizarro, Chuqui Subterránea es un gran hito, pero todos los proyectos estructurales son muy significativos: Chuqui Subterránea, Traspaso de Andina, Rajo Inca, Nuevo Nivel Mina de El Teniente, Radomiro Tomic y Desarrollo Andina. Eso es un gran desafío que viene acompañado, además, de todo lo que ha sido la modernización de las fundiciones y refinerías, que termina hacia fin de año. Todo esto abarca una inversión total del orden de US$ 39 mil millones, adicional a lo que ya se ha invertido hace tres o cuatro años. Vengo llegando de un evento minero en Australia y pude constatar que los montos de inversión que está manejando Codelco llaman la atención mundialmente».

«La oferta mundial no estaría creciendo más que un 1% anual y la demanda por sobre el 2%»

-¿Qué le encomendó el Presidente Piñera cuando lo nombró presidente de Codelco y qué le propuso usted?

«El Presidente Piñera me hizo una exposición muy extensa de lo que es Codelco, los proyectos estructurales y los desafíos en materia de inversión. La reunión con el Presidente fue bastante enfocada en el negocio de Codelco y las expectativas futuras de desarrollo del mercado del cobre, dado el proceso de electrificación al que va el mundo, no solo por la electromovilidad, sino también por el desarrollo de la generación solar y eólica. Hay una potencial demanda a partir de los próximos tres a cuatro años, por los cambios más acelerados en la industria automotriz y de la necesidad de mayor electrificación y menor consumo de combustibles fósiles, por mayor protección del medio ambiente. Esos potenciales de demanda para el cobre son muy significativos. Por otro lado, está la ausencia del desarrollo de nuevas minas. No solo ausencia de mayores exploraciones, sino que los descubrimientos no han sido de gran magnitud, o bien algunos potenciales recursos que se encuentran no son factibles de explotar con las condiciones tecnológicas actuales. Así, la oferta mundial no estaría creciendo más que un 1% anual y la demanda por sobre el 2%. En los últimos meses, de hecho, ha estado alrededor del 4% de crecimiento. En el mismo caso de Codelco, toda esta tremenda inversión de la que estamos hablando y este desarrollo de proyectos es para mantener el mismo nivel de producción actual, algunas minas extienden su operación de 50 a cien años, pero no estamos hablando de incrementos de producción».

-En ese mensaje del Presidente de inversión, eficiencia, productividad y costos, ¿con qué recursos se hace eso? ¿Qué le ofreció?

«En una reunión posterior se llegó a acuerdo respecto de la capitalización por US$ 1.000 millones que se conoció en septiembre y sobre eso no hay nada adicional por el momento, porque corresponde a una ley que expira el próximo año».

-¿Qué viene entonces en financiamiento y capitalización para 2019 en adelante?

«En primer lugar, estamos haciendo una revisión bastante profunda de todos los proyectos, de manera de ver cuáles son menos prioritarios y postergables, de manera tal que la inversión de capital (Capex) comprometida para cada año pueda ser reducida a menos de US$ 4.000 millones, podría ser llegar a US$ 3.500 millones. Son cifras que se están analizando hoy, pero tienen como objetivo que la compañía apunte al menor déficit de caja posible».

-¿De cuánto es el déficit de caja proyectado?

«La proyección es que podríamos estar con un rango de déficit de caja de entre US$ 500 millones y US$ 1.000 millones por año hasta el 2028».

-¿Ese es el escenario que se quiere evitar?

«Estimo, en conjunto con el directorio, que si es factible evitarlo, hay que evitarlo. En la medida en que se comprometan menos recursos para un mismo resultado, bienvenido sea. De esa manera, con los excedentes actuales podría estar lográndose en algunos años un déficit cercano a cero y en otros, un poco superior. Porque por distintas situaciones no todos los años son parejos. Ese es un objetivo deseado, pero todavía no logrado. En los próximos días, durante noviembre, vamos a tener el informe de esa revisión más profunda con más claridad respecto de la visión más corta, que corresponde a los años 2019 y 2020. Después, respecto del período 2021-2024, las cifras pueden tener una variación un poco mayor».

«El directorio fijó un límite de US$ 4.000 millones por año (en Capex) y tenemos que ver cómo eso se refleja en la propuesta que traiga la administración en el Plan de Negocios y Desarrollo, porque hay años en que los niveles de inversión llegaban a US$ 4.800 millones y por eso establecimos el tope. Respecto de eso, hay que revisar la factibilidad de que se logre esa reducción sin afectar el desarrollo de los proyectos».

-¿Entonces, la idea es poder reducir la inversión a un monto de US$ 3.500 millones por año?

«Si es factible, sí. Tenemos que ver la propuesta que haga la administración, y sobre esa materia decidiremos, pero todo el esfuerzo que hagamos para lograr los mismos objetivos con menos recursos es algo deseado en este momento, pero no logrado».

-¿La idea es hacer lo mismo con un costo menor, o hay cosas que derechamente se van a dejar de hacer?

«Hay un conjunto de cosas. Se logra por disminución de costos o por mayores excedentes que pueden venir por aumentos de productividad, por mejora de precios o por mayor volumen. Es un conjunto de cosas y tenemos que verlo más afinado cuando tengamos el informe del Plan de Negocios y Desarrollo de la administración con los volúmenes de producción concretos para 2019, los niveles de precio que se proyectan, las opciones de profundización en materia de productividad y costos; y qué parte de los proyectos son postergables, sin afectar el desarrollo de la compañía. Ese es el conjunto completo que vamos a revisar».

-¿Cuándo presenta este informe la administración?

«En la fecha del directorio (el último jueves de cada mes)».

-¿Postergar proyectos se ve más complejo? Pensando que los proyectos estructurales son para mantener los niveles actuales de producción.

«Es que los US$ 4.000 millones de inversión anual no corresponden solamente a proyectos estructurales, hay otros componentes, como desarrollo de minería, renovación de equipos y maquinaria, temas relacionados con sustentabilidad. No es una sola materia, sino que varios capítulos de Capex».

-¿Los proyectos estructurales, entonces, no están en duda?

«No, pero todos los otros sí se pueden observar con más profundidad».

-¿Con ese análisis vendrá la conversación respecto de la próxima fórmula de capitalización?

«No es un tema que esté en tabla. Tenemos que revisar nuestros números».

– Pero la ley de capitalización se acaba.

«Tenemos que ver los números. No voy a dar respuestas en el aire».

-Está anunciada la emisión de un bono por hasta US$ 1.000 millones durante 2019, ¿se mantiene vigente en este contexto de revisión del Capex?

«Hay que ver hacia fines del año 2019 una emisión de bonos, que en parte importante corresponde también a refinanciamiento de pasivos. Mientras no tengamos números concretos por parte de la administración, no puedo decir nada concreto, pero se observa que vienen algunos vencimientos y se va a requerir refinanciar algunos pasivos, así que los bonos van a ser emitidos de todas maneras. La cifra es la que no está clara aún».

-Pensando en estos bonos por hasta US$ 1.000 millones, la deuda de Codelco rondaría los US$ 15.000 millones. ¿Eso es sostenible? ¿Hay espacio para más deuda?

«La deuda de Codelco es cercana hoy día a los US$ 14 mil millones, pero están ingresando ahora los US$ 1.000 millones de capital autorizados en septiembre. Nuestra visión financiera es que esto es un límite, estamos en un punto alto de deuda para lo que es la minería. El ratio de deuda/Ebitda de la minería privada a nivel mundial se encuentra bajo 2 veces y Codelco está más o menos en 2,8 veces. El objetivo nuestro es mantenernos en ese rango».

Planes de retiro: «No hay mejores condiciones posibles»

Juan Benavides explica que tanto en el caso de Chuqui Subterránea como El Teniente, el presupuesto y los plazos de entrada en operación marchan de acuerdo al presupuesto y la planificación. «Eso es una buena noticia», dice. «Lo que se ha estado haciendo con los proyectos estructurales es un cambio en la metodología de administración, apoyado por algunas consultoras externas, que han introducido prácticas de productividad y de control diario, que han permitido mantener un ritmo de avance que no se había logrado anteriormente. Eso ha estado dando muy buenos resultados y ha permitido que los proyectos actuales que están en desarrollo se mantengan en línea con lo planificado».

-¿El proyecto para llevar la capacidad de tratamiento de la división Andina de 88 mil a 150 mil toneladas por día sigue en etapa de factibilidad?

«Después que la administración determinó que el proyecto Andina 244 no era viable por su altísimo costo, lo que se planteó es este proyecto distinto, que aún no ha sido ingresado para análisis y posterior envío para aprobación de Cochilco. Se encuentra en el plan, pero aún no termina sus etapas de desarrollo y todavía no está sobre la mesa la fecha en que el directorio podría revisarlo».

-¿Queda espacio para seguir reduciendo costos en Codelco y qué planes concretos hay al respecto?

«La agenda 2020 de productividad y costos lleva a la fecha ahorros superiores a los US$ 1.400 millones. Hay divisiones que están muy avanzadas y otras que tienen espacio para avanzar. Ahora se va a plantear una profundización de esa agenda, porque van surgiendo nuevas posibilidades, extensión de sinergias entre las divisiones, mejores prácticas de un lugar que se pueden extender a otros. La agenda ha tenido bastante éxito y el objetivo es revisarla para extenderla más allá del año 2020, que ya está a la vuelta de la esquina».

-En el caso de Chuqui se acaba de oficializar el plan de egreso y se conocieron los bonos y beneficios de salud. ¿Cuánta gente es la que se va a acoger?

«Este famoso número de 1.700 trabajadores involucra a distintos grupos de personas. Hay un grupo de aproximadamente 760 personas que están en edad de jubilación. Todos salen con planes de egreso. Eso sucede todos los años en todas las divisiones. Después, hay 350 personas que están afectadas por salud, un número similar que son trabajadores de plazo fijo cuyos plazos de contrato vencen, y estamos haciendo un esfuerzo importante por reubicar gente. Hay 240 a 250 personas que se están reubicando. Parte de ellos fueron capacitados en mina subterránea en El Teniente. Se llevó a este grupo, en un proceso que ha tenido mucho éxito, y esas personas serán reubicadas en Chuquicamata. Y van a ingresar alrededor de 960 personas que son necesarias para la puesta en marcha y para la operación de la mina subterránea».

-Sindicatos de Chuqui han llamado a rechazar esta oferta. ¿Hay espacio para algún incremento en los beneficios?

«No hay mejores condiciones posibles que dar. En Codelco, la situación financiera es muy ajustada, hay niveles de deuda elevados, hay un flujo de caja negativo hasta el año 2028. El esfuerzo que se está haciendo es para continuar con los mismos niveles de producción y, por lo tanto, no hay recursos adicionales que se puedan otorgar. Ese es el límite que tiene la empresa y lo que se ha señalado insistentemente, porque es a los números a los que se debe llegar».

-¿Qué mensaje les da a los trabajadores que rechazan la propuesta?

«El mensaje ha sido tremendamente claro y consistente: esto es lo máximo a lo que se puede llegar y no hay espacio para mejoras».

-¿Qué pasa si adhieren menos trabajadores de los que espera la empresa?

«En ese momento habrá que ver qué opciones se toman, pero esto es lo que Codelco puede dar, dadas las condiciones actuales de la empresa».

-¿Podrían llegar a los despidos como los que hubo hace unos días en Salvador?

«No está contemplado. Se está buscando el mejor acuerdo para entregar los beneficios que la compañía puede dar, pero lo del Salvador no tiene nada que ver con esto».

-Además del plan de retiro de Chuqui y el acordado en la negociación reciente de El Teniente, ¿están preparando ofertas similares en las otras divisiones?

«Los planes de egreso en Codelco son permanentes y se extienden en el tiempo. Hoy, lo único que hay es una realidad distinta, en términos de valores, conforme a lo que es viable para la compañía y que puede pagar, pero permanentemente hay gente que está saliendo de la compañía».

-Se rumorea con fuerza que viene un ajuste en la dotación de Casa Matriz, donde al cierre de 2017 había 478 trabajadores propios.

«No conozco esa información».

-¿No es efectiva?

«No la conozco, no sé de dónde sale».

-¿Cómo es su relación con los trabajadores?

«No me relaciono directamente con ellos, esa es una relación que lleva la línea ejecutiva, pero sí tenemos permanentemente información de lo que se trata con los sindicatos, tanto de los roles profesionales, como de los trabajadores. Diría que hay un alto y positivo nivel de diálogo».

CONTINUIDAD DE NELSON PIZARRO EN LA PRESIDENCIA EJECUTIVA:

«No tiene plazo, está aquí en forma indefinida. Tiene el apoyo unánime del directorio (…) No hay ningún plazo, ni periodo de transición, ni nadie que en este momento esté asumiendo como segundo de él».

PROYECCIÓN DEL DÉFICIT DE CAJA:

«Podríamos estar con un rango de déficit de caja de entre US$ 500 millones y US$ 1.000 millones por año hasta el 2028 (…) Estimo, en conjunto con el directorio, que si es factible evitarlo, hay que evitarlo».

DEUDA POR US$ 14 MIL MILLONES:

«La visión financiera nuestra es que esto es un límite, estamos en un punto alto de deuda para lo que es la minería. El ratio de deuda/Ebitda de la minería privada a nivel mundial se encuentra bajo 2 veces y Codelco está más o menos en 2,8 veces. El objetivo nuestro es mantenernos en ese rango».

(ElMercurio)

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