La parlamentaria por Atacama dijo a Diario Atacama que la decisión es «lamentable» y que nunca se evaluó el impacto que tenía para Atacama. Es en este contexto, que «al reconocerse que tenía impactos, como los tiene y el todo el mundo científico así lo ha demostrado, tenía que ser biregional y tenía que ser evaluado nacionalmente. Los titulares del proyecto nunca quisieron someterse a una evaluación mucho más rígurosa o técnica que seguramente sería el nivel nacional».

Enfatizó que «hay vicios» de origen y en este contexto detalla la no evaluación de los impactos en Atacama “o el fraccionamiento del proyecto, un estudio tiene que ver con la mina, pero no necesariamente el mismo que tiene que ver con el muelle, con el tránsito de los barcos que van a cargar el mineral. Todo en la misma ruta donde hay cetáceos que están en peligro de extinción”.

La senadora profundizo y dijo: “No sé si el Tribunal Ambiental no ha conocido los antecedentes o hubo presiones. A uno no se le olvida el ejercicio del telefonazo respecto del proyecto Barrancones (aprobado por la Comisión Regional de Medioambiente), el presidente llamó a los dueños para decirle no hagan el proyecto y curiosamente después en esa misma área aparece un proyecto donde eventualmente hay relaciones de interés con el propio mandatario”.