Ya se construyen las primeras superautopistas solares en el mundo

China tendrá en 2022 su primera superautopista solar, que permitirá cargar de forma automática los vehículos eléctricos que circulen por los 161 kilómetros que unirán las ciudades de Hangzhou y Ningbo, en el este del país.

Este es solo un ejemplo de lo que ya parece una tendencia global: la inevitable masificación de los autos eléctricos y autónomos exigirá cambios sustanciales en el desarrollo de la infraestructura caminera. Las calles, carreteras y autopistas deberán ser capaces de admitir vehículos dotados con aquellas tecnologías de vanguardia y, al menos durante varias décadas, con automóviles de propulsión convencional.

El ejemplo de la autopista es señero. Según el diario chino Global Times, tendrá seis pistas y contará con paneles solares a lo largo de todo el recorrido, los que cargarán las baterías de los vehículos eléctricos mediante inducción magnética y al mismo tiempo podrán inyectar energía a la red de la ciudad.

Por supuesto, además permitirá la conducción autónoma, en un intento de descongestionar el tránsito de otra carretera paralela.

En la etapa de pruebas solo un pequeño tramo de un kilómetro de esta carretera estará habilitado. La estructura de la vía consta de paneles solares cubiertos con un material transparente que soporta el peso de los vehículos y permite el paso de la luz solar. Los paneles, que cubren 5.875 metros cuadrados, pueden generar un millón de kilovatios/hora de energía en un año, lo suficiente para satisfacer la demanda diaria de alrededor de 800 familias, según Qilu Transportation Development Group, la compañía encargada de la obra.

En un comunicado en el que anuncia la finalización de los trabajos, el grupo promotor de esta carretera solar asegura que el despliegue fotovoltaico efectuado cuenta con una capacidad instalada de 800 kw. Pero, ¿cómo se garantiza la protección de estos sistemas solares? Se logra con un pavimento formado por tres capas que, precisamente, deja en la capa central los paneles solares y la tecnología para la carga inalámbrica de vehículos eléctricos.

Otra novedad es que los automóviles no tendrán que detenerse para pagar los peajes, ya que el importe se abonará de forma automática a través de un chip instalado en aquellos.

Con este proyecto, las autoridades quieren potenciar el desarrollo de los vehículos eléctricos en este país, el mayor mercado mundial del automóvil, que planea prohibir en un futuro no determinado la producción y venta de vehículos impulsados con combustibles fósiles.

De hecho, algunas de las principales autopistas, incluida la que une las dos ciudades más importantes del país, Beijing y Shanghái, ya cuentan con miles de puntos de recarga para vehículos eléctricos.

El primer intento de poner en marcha este tipo de autopista en China se realizó el pasado diciembre en la ciudad de Jinan, en el este, aunque solo tenía un kilómetro de longitud y sufrió actos de vandalismo pocos días después de su inauguración, cuando robaron piezas de las placas solares.

Tendencia global

La de China no es la primera carretera solar en aparecer en el mundo. A principios de 2016, el gobierno francés anunció que, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la energía sostenible, tenía previsto construir en los próximos cuatro años 1.000 km de carreteras pavimentadas con paneles fotovoltaicos de última generación, unas instalaciones que podrían producir energía suficiente para abastecer a cinco millones de personas.

Menos de un año después los franceses inauguraron su primera autopista solar, un tramo de carretera de un kilómetro de longitud ubicada en Tourouvre, una pequeña ciudad de Normandía. La vía ha sido pavimentada con 2.800 metros cuadrados de paneles solares recubiertos con una resina protectora.

La vía se compone de unas losas con un tamaño de 15 cm que integran células fotovoltaicas. Proporcionan la misma resistencia que el asfalto convencional y se puede instalar directamente sobre el pavimento existente, por lo que no hace falta construirlas desde cero.

Aunque a partir de los proyectos chino y francés podría deducirse que esta tecnología está madura, de hecho en el camino ha habido fracasos.

Es el caso de la que fue, oficialmente, la primera carretera solar de Estados Unidos.

Se dio a conocer en mayo de 2014 con el nombre de Solar Roadways, un ambicioso proyecto cuya primera etapa fue inaugurada en octubre de 2016, y que hoy día ya se le conoce como el más grande fracaso en este campo, entre otras razones, porque no está generando nada de energía y el 83% de sus paneles ya están rotos.

Solar Roadways era un proyecto privado de la pareja formada por Scott y Julie Brusaw, quienes montaron personalmente unos hexágonos solares. Gracias a una campaña de recolección de fondos y el apoyo del gobierno, en 2016 montaron un prototipo en una plaza, para presentar cómo luciría la carretera. Pero a la semana, 25 de los 30 paneles ya estaban rotos, además de que el sistema eléctrico presentó todo tipo de fallas. Para peor, la lluvia hizo estragos, ya que no contaba con un eficiente sistema de drenaje, lo que resultó en la ruptura de cuatro paneles más.

Con todo, así como los autos eléctricos vienen para quedarse, proyectos como el de China, Francia y otros los acompañarán, haciendo que la vanguardia de hoy sea la rutina de mañana.

( El Mercurio)

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