Tres sirenazos del buque oceanográfico «Cabo de Hornos» marcaron la salida de un grupo de científicos chilenos y extranjeros que se hicieron a la mar para visitar la Reserva del Pingüino de Humboldt, un área marina que se convirtió en protagonista central en el proceso que terminó con el rechazo del Comité de Ministros al proyecto minero-portuario Dominga.

La nave zarpó desde el puerto de Coquimbo y la visita se hizo en el marco del Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC-4, por su sigla en inglés), que reúne a 1.000 científicos en la Región de Coquimbo.

La iniciativa de Iron Andes, por US$ 2.500 millones, pretendía construir un puerto en el sector de Totoralillo Norte para descargar 12 millones de toneladas de hierro que produciría al año. Esa operación involucraría la creación de 10 mil empleos en su fase de construcción, más otros 1.450 en los 22 años en que se explotaría el mineral en la comuna de La Higuera.

El proyecto contaba con el visto bueno del Servicio de Evaluación Ambiental de Coquimbo, organismo técnico que recomendó respaldarlo. En el Informe Consolidado de Evaluación Ambiental expresó que se descartaban los efectos del proyecto sobre las áreas marinas protegidas, toda vez que las rutas de navegación establecidas estaban al sur de la reserva.

Sin embargo, el intendente de la IV Región, Claudio Ibáñez, en la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo rechazó la iniciativa, y ayer manifestó que «acá se encuentra el 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt y diferentes especies de cetáceos. Por eso se hizo en la IV Región este congreso mundial».

En tanto, Guillermo Luna, biólogo marino y doctor en Ciencias de la UC del Norte, comentó que «la biodiversidad de la zona es alta, además existe mucha migración de ballenas en el sentido norte-sur, y por eso hay que preservar esta zona».

Respecto de la apelación que realizará la empresa al Tribunal Ambiental de Antofagasta, Ibáñez comentó que «la empresa puede adoptar sus propias definiciones».( El Mercurio)