Nuevos desafìos en Biodiversidad: Transformando el papel en acciòn

img_4272-1Por MAHINA MANN – Consultor Líder en Estándares Ambientales y Biodiversidad.

BCh Consulting Chile

 

 

 

 

Hoy, y en el futuro, el mundo se enfrenta a desafíos cada día mayor en relación a la sustentabilidad. La interacción de cada uno de nosotros con los demás y con nuestro entorno se vuelve crítica ya que el efecto de nuestras acciones en el espacio y el tiempo no solamente es cuantificable, sino además es innegable. Ya no es posible separar los problemas y oportunidades en sus componentes para abordarlos a través de enfoques parciales, requerimos de la capacidad de tener un enfoque sistémico frente a lo que se nos presenta y de herramientas que nos permitan concretar con éxito nuestros propósitos en contextos complejos. Esta es una realidad que aplica a todos los ámbitos de nuestra sociedad, política, industria, educación, comunicación, etc. Dada la conciencia de que estamos más interrelacionados que nunca, cada día somos más exigentes y dado que tenemos a nuestra disposición no solamente una gran cantidad de información, sino de conocimiento, no solo debemos declarar un buen desempeño, sino demostrarlo a través de la comunicación de resultados concretos. Las decisiones y la competencia cada vez involucran a elementos más profundos de los procesos.Por fortuna, se han creado herramientas que nos permiten hablar un lenguaje estandarizado que se basan fundamentalmente en la transparencia y trazabilidad.

 

Sin embargo, hay maneras másbeneficiosas y menos beneficiosas de utilizar estas herramientas a favor de la sustentabilidad global.

 

En términos de la capacidad interna de gestión, de los estándares ambientales la norma más popular es la norma ISO 14.001, sobre Sistemas de Gestión Ambiental. Este documento le entrega lineamientos a las empresas para contar con una estructura de gestión que permita asegurar el cumplimiento de políticas y objetivos ambientales a través de la incorporación de criterios ambientales en la planificación y ejecución de sus procesos productivos, mediante la mejora continua y un correcto registro para asegurar la trazabilidad. Existe una amplia gama de beneficios que obtienen las empresas al mantener un sistema de gestión ambiental basado en la norma ISO 14.001, entre ellos el alcance de objetivos, el cumplimiento legal, la disminución de costos, el aumento de capital reputacional y elementos para un buen relacionamiento con autoridades y comunidades. Sin embargo, la certificación se ha transformado en muchos casos en el objetivo principal, tergiversando el sentido detrás de la creación de la norma, estableciéndose como proceso paralelo en lugar de ser parte intrínseca de los procesos fundamentales de la empresa. Lo importante es entender que la certificación debe ser producto de la existencia de un sistema de gestión correctamente diseñado e implementado, no debe ser en sí mismo un objetivo.Como parte de la evolución e integración de temas coyunturales en esta norma, la versión ISO 14.001:2015 incorpora dos puntos especialmente relevantes para la gestión de una empresa que requieren que ésta:

 

 

  • determine y analice su contexto y la manera en la que éste puede afectar su capacidad para cumplir sus objetivos y;

 

  • comprenda las necesidades y expectativas de las partes interesadas.

 

Con estos puntos la norma integra la evaluación de riesgos estratégicos del negocio en la gestión ambiental de los procesos, elementos que necesariamente deben ir de la mano para el éxito.La implementación de los lineamientos de otras normas de la familia de estándares de Medio Ambiente ISO 14.001, que no resultarán en una certificación sino en una gestión ambiental más robusta, será aún más beneficiosa para la empresa.

 

Por otro lado, la capacidad de comunicar los resultados e impactos negativos y positivos es fundamental. No existe mejor crítico que un espejo, sobre todo a sabiendas que luego otros podrán ver la imagen que se refleja a través de, por ejemplo, un reporte de sustentabilidad. El proceso de comunicar exige primero una auto revisión para asegurar que se están considerando todos los aspectos fundamentales de la gestión ambiental y visualizando todos los impactos y temáticas que puedan ser de interés de los grupos internos y externos. Es así que la evolución de los lineamientos del GRI (Global Reporting Initiative) entrega nuevos estándares de reportabilidad, incluyendo temáticas ambientales relevantes, contenidas en la serie de estándares específicos 300 del año 2016, entre las que se encuentran la energía (GRI 302), agua (GRI 303), biodiversidad (GRI 304) y cumplimiento ambiental (GRI 307), si bien la serie está en revisión y su número podría mantenerse o cambiar lo que sí está seguro es que entrarán en vigencia en octubre del 2018.

 

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Si bien los estándares determinan indicadores claves a informar al respecto de cada tema material, la empresa debe, en primer lugar, definir su grado de correspondencia a los estándares de reportabilidad, pudiendo declarar en conformidad a los lineamientos GRI o solo haciendo referencia a ellos en reportes parciales. En segundo lugar, la responsabilidad de identificar los temas es de la empresa, así como su compromiso con la entrega de información de calidad e interés para todos. Sin embargo, al igual que con las normas de estandarización, la manera en la que se utilice esta herramienta mostrará si es una empresa que ladra o que muerde. Esto dependerá de si el reporte se utilizará para colocarlo sobre una repisa, como mero elemento decorativo o si será un instrumento para demostrar que las cosas se hacen y se hacen bien, visibilizando debilidades y errores que deben ser subsanados para incorporar mejoras en los procesos.

 

 

Los papeles son sólo eso, lo importante es asegurar que esos documentos sean reflejo de una tarea bien hecha. Invertir recursos financieros y humanos en sistemas de gestión y reportes de sustentabilidad sólo por la creencia de que es mejor tenerlo que no tenerlo es un sin sentido, ineficiente y muy poco efectivo. Lo importante es asegurar que el proceso que resulta en esa certificación o reporte contribuye valor a la empresa, asegurando el desempeño y disminuyendo los riesgos del negocio. Estos procesos requieren de valentía de parte de la empresa, una valentía que nace de la convicción de cumplir las expectativas de stakeholders cada día más conocedores y exigentes.

 

Dada nuestra convicción de que es factible realizar acciones concretas que aumenten la sustentabilidad de las empresas y que estas acciones deben ser diseñadas para aportar el mayor valor agregado posible, durante los próximos meses desarrollaremos una investigación a nivel nacional que nos permita construir un ranking de sustentabilidad y el valor agregado real que aportan los sistemas de gestión ambiental a las empresas de la industria minera. La información obtenida de este estudio, que concluirá en octubre del presente año, servirá como insumo fundamental para la planificación estratégica de las empresas participantes. Queremos que los sistemas de gestión ambiental sean implementados con la certeza de que es el camino correcto, pasando de ser sistemas de papel a constituir una guía fundamental de los procesos. Si le interesa formar parte de esta investigación y recibir información relevante para su gestión, contáctenos para recibir el plan de trabajo.

 

 

 

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Mahina Mann

BCH CONSULTING

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