Repuntando la industria metalúrgica y metalmecánica

soldador asimetConstituida por la industria del hierro y del acero, metales no ferrosos, fabricación de máquinas y equipos eléctricos, etcétera, la industria metalúrgica y metalmecánica es un sector que marca la diferencia en la construcción y tecnificación de un país.

El escenario de esta área en el país se encuentra en medio de una incipiente crecida. Así queda en evidencia cuando los medios de comunicación señalan que las empresas del sector metalmecánico han generado el 48,5% de los nuevos productos locales y han participado activamente en la modificación del 29,1% de nuevos procesos para el mercado, lo que da a entender que este es un sector con gran potencial de adaptación y asimilación de los cambios bruscos del mercado.

Esto se complementa con las cifras de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asimet), que muestran que la participación de la industria metalúrgica y metalmecánica en el PIB es del orden de 2,4%, que si bien está muy por debajo del mismo indicador en países desarrollados -donde Chile se sitúa en cuarto lugar a nivel latinoamericano, con una industria metalmecánica chica-, evidencia un fuerte potencial en la heterogeneidad de su oferta, fuertemente influenciada por la demanda tecnológica en minería.

Así debe mantenerse la visión. Es misión de todos los profesionales de la industria entregar una mirada innovadora que permita mejorar el nivel de productividad. El compromiso y desafío de las instituciones que forman a los nuevos profesionales para el mercado se presenta en formar con ética, para que sean comprometidos con el crecimiento de la industria nacional y con fuertes convicciones por un trabajo bien hecho.

En este sentido, debemos -como sociedad- capitalizar la excelente imagen internacional de la minería chilena y hacerla extensible a otras áreas de la industria. Pero este cambio no es un camino en solitario que deba afrontar la industria metalmecánica, sino que un compromiso que debe ser soportado por políticas de fortalecimiento y protección a la industria nacional.

En el año 2013, Asimet entregó su informe «Propuesta para el desarrollo de la industria metalúrgica y metalmecánica en Chile», en el cual plantea una agenda de 12 puntos considerando temas claves, como el costo de la energía, regulación a fondos provenientes del cobre, necesidad de mano de obra calificada y productividad de nuestros trabajadores e inversión en I+D, entre otros.

Este último ítem es un tema crítico, dada la tendencia natural del sector a la innovación. La globalización nos plantea ambientes cada vez más competitivos donde se hace imprescindible el desarrollo y la mejora continua de productos para mantenernos vigentes frente a una creciente oferta. El enfrentar los puntos de quiebre con una mirada que se aleje de la rigurosidad de los procesos industriales nos da las herramientas que sin duda nos conducirán al éxito.

Atrás debe quedar aquel momento para la industria metalúrgica y metalmecánica en el país, donde hasta el año pasado el sector presentaba un descenso de 3,9%, continuando con una tendencia a la baja que se venía arrastrando desde la segunda mitad del año 2012 y que se veía reflejada en la pérdida de miles de puestos de trabajo.

Casos emblemáticos fueron los de empresas como Madeco, Indalum o Mabe, que cerró su ensambladora de cocinas en Chile argumentando ventajas comparativas y trasladó sus operaciones a Ecuador. Somela, en tanto, cerró su producción en Chile y comenzó a importar productos de Brasil; mientras que la brasileña Gerdau cerró las operaciones de Trefilados Gerdau AZA, orientados a la fabricación de clavos, alambres y mallas.

A nivel regional, no olvidemos cómo en los últimos años la mayor siderúrgica del país, Huachipato, ha debido hacer continuos recortes a su planta de personal y se ha visto en la obligación de cerrar líneas de producción, afectada por el gran volumen de importaciones de acero asiático que ingresa al país, con el consecuente impacto social y económico en la región del Biobío.

No podemos dar la espalda a una industria de importancia estratégica si queremos continuar en el camino de construir un país con industria líder en Latinoamérica. El desafío está en las nuevas generaciones y en la formación de profesionales aptos para enfrentarlos.( El Mercurio )

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