Ingeniería en Metalurgia: Gran capacidad profesional para enfrentar los desafíos del futuro

ngTanto la economía nacional como la exportadora requieren día a día profesionales de la ingeniería mecánica como puntal para abrir nuevos caminos a la minería e industria manufacturera. Hoy, en distintas universidades, se preparan para los desafíos que conlleva ser parte de una economía abierta al mundo.

Para Francisco Wittwer, director del Área de Ingeniería de la Vicerrectoría Académica de Pregrado de Inacap, Chile cuenta hoy con los especialistas en metalurgia y metalmecánica que se requieren. Agrega que «las nuevas tecnologías y procesos requerirán mayores especializaciones y comprender que su campo de aplicación es mucho mayor que la minería del cobre. Un factor importante son las políticas que se desarrollen y adopten como estrategia país. Un ejemplo de ello es la política nacional sobre fundiciones».

Sin embargo, en la medida que la economía se active y los precios del cobre tiendan al alza, la demanda de profesionales deberá incrementarse.

Juan Patricio Ibáñez, director del Departamento de Ingeniería Metalúrgica y de Materiales de la Universidad Técnica Federico Santa María, indica que tanto las ingenierías metalúrgica como mecánica pueden aportar al rubro metalmecánico. «Los ingenieros metalúrgicos son los llamados a agregar valor a nuestras materias primas, no podemos seguir pensando que como proveedores de estas llegaremos al desarrollo. En ese sentido, habrá una necesidad de profesionales para innovar tanto en los procesos productivos como en los productos generados».

Jorge Manríquez, subedirector de Docencia del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santiago, visualiza que «la industria metalúrgica no aprovecha todos los especialistas en ingeniería metalúrgica que estamos generando, siendo reemplazados por mineros, químicos o mecánicos según el área respectiva». El atractivo campo laboral que ofrece la metalurgia extractiva ha sido cubierto por estos profesionales, dejando de lado participar en otras áreas.

Los desafíos de la enseñanza de la ingeniería en esta área son grandes. Francisco Wittwer señala que «los desafíos de la industria metalmecánica son poder posicionarse dentro del mercado y competir con la importación de piezas y materiales de menores costos versus su alta calidad».

Jorge Manríquez complementa lo anterior con un aspecto que no se puede desatender en la enseñanza. «La formación de un ingeniero en metalurgia con competencias en herramientas computacionales y respeto por el medio ambiente sigue siendo un principal desafío a lo cual, de aquí al 2030, se suma el formar a un ingeniero con liderazgo, emprendedor e innovador».

«Con respecto a la metalurgia extractiva, el desarrollo es muy amplio y los desafíos son altos», señala Wittwer, quien agrega que «según las características geometalúrgicas de los yacimientos, implica el desafío de optimizar los procesos de molienda, concentración de minerales, lixiviación y fundición».

Ibáñez cree que es importante que «la combinación del aprender haciendo con una robusta formación científica que la sustente, requiere de una significativa cantidad de recursos económicos para infraestructura, equipamiento moderno y especialistas. Este es un importante desafío que enfrentamos hoy todas las escuelas de metalurgia del país». Pero que también implica que las empresas se involucren en la formación o aprovechar el conocimiento de los estudiantes y los laboratorios universitarios.

Amplio campo
profesional

Los profesionales de la ingeniería metalúrgica han debido avanzar de acuerdo a los desafíos de los tiempos. «El perfil profesional ha tenido que ajustarse a las nuevas tecnologías, no solo por la automatización de los procesos, sino también por la simulación de estos a través de software e internet de la cosas», señala Wittwer.

Por su parte, Manríquez apunta a mejorar la preparación en manejo de herramientas computacionales específicas para la especialidad y «la idea es que nuestros alumnos puedan aportar desde su especialidad en el desarrollo de programas que ayuden a su formación profesional, por ejemplo, modelación, simulación y análisis de procesos metalúrgicos».

El campo de la minería seguirá siendo el principal mercado laboral para sus profesionales  «desde las plantas mineras, laboratorios, insumos de la minería, I+D», dice Wittwer y Manríquez agrega que se abren importantes áreas de desarrollo: «la disminución de consumo energético, nuevas alternativas de procesamiento y desarrollo de tecnologías más seguras, más económicas y más limpias». También se espera su aporte en la «recuperación de otros metales además del cobre, hierro, oro y plata a partir de materias primas o materiales secundarios como chatarra o materiales de descarte: relaves, escorias, ripios, barros, entre otros».

El desarrollo de nuevos materiales como polímeros, cerámicos, refractarios y a futuro el desarrollo en el campo de las nano partículas son áreas que están abiertas a la exploración de estos profesionales. Ibáñez dice que «se agrega al perfil el dominio de técnicas de fabricación moderna, desarrollo de prototipado rápido por impresión 3D, soldadura láser, robótica, máquinas de control numérico, entre otras».

Si bien se ha sentido en el empleo la ralentización de la industria minera nacional, «la visión es generar un profesional más emprendedor y con desempeños orientados a la innovación e investigación en la industria metalúrgica», indica Wittwer. «La industria siempre requerirá y buscará profesionales con sólidos conocimientos técnicos capaces de aportar con soluciones innovadoras a la solución de problemas todavía no resueltos, prefiriendo dar respuestas aproximadas al problema real, antes que soluciones exactas al problema aproximado. Deben, además, ser líderes, proactivos y con capacidad de trabajar en equipo», dice Ibáñez.

Y Manríquez recuerda que «la industria metalúrgica necesita producir productos más elaborados» aumentando la producción de cobre catódico por sobre el concentrado. Se trata de fabricar productos con fines «domésticos» tales como: jaulas de cultivo de salmones y las fibras de metal aplicadas en la industria textil (calcetines) o productos aún más elaborados como implantes ortopédicos recubiertos con una fina capa de cobre. «Lo anterior se traduce en un aumento de los subsectores piro, hidro y electrometalúrgico como también el aumento de los procesos de manufactura».( El Mercurio )

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