La industria del acero vive un momento muy complejo a nivel mundial. Y Latinoamérica no es la excepción, afirma Rafael Rubio, director general de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero).
«La industria se encuentra en crisis y enfrenta diferentes retos: un escenario económico global frágil, la desaceleración de China, la volatilidad financiera, los precios bajos de los commodities y una sobrecapacidad instalada de acero en niveles récord».
Además, indica, a nivel regional la economía de América Latina continúa siendo ajustada a la baja.
«Según el FMI, 2016 será otro año de recesión (-0,5%). En el caso de Chile, se tiene una tasa positiva, pero por debajo de su potencial (1,5%). Y siendo la demanda del acero un derivado de la actividad económica, un escenario débil no es una buena señal».
– ¿A nivel global, cómo ha sido el comportamiento del mercado del acero?
«worldsteel estima que 2016 será el segundo año con una demanda negativa (-0,8%) para un total de 1.488 millones de toneladas, después de una contracción de -3,0% en 2015. China, el principal productor, tendrá en 2016 el tercer año consecutivo de caída en su consumo: -4,0%.
Para América Latina, el pronóstico no es alentador, la demanda de acero se contraerá -2,0%, después de registrar una tasa de -3,3% en 2015. Para Chile, la expectativa es de una reducción de -5,6%».
-¿Qué papel juega China?
«La industria siderúrgica de China representa el 50% de la producción mundial. El 2015, produjo 804 millones de toneladas, volumen superior a la producción combinada de Japón, Estados Unidos, Europa, India y Rusia.
La siderúrgica china no tiene comparación en la historia de la industria, por ser un desarrollo del gobierno a través de sus Empresas Propiedad del Estado y una cantidad masiva de subsidios, cuyas características han propiciado la existencia de una sobrecapacidad instalada china del orden de 400 millones de toneladas; equivalente a 5,7 veces la demanda de acero en América Latina».
– ¿Cuáles son los efectos de esa sobrecapacidad china?
«Primero, los precios domésticos en China se redujeron en 30 a 40%. Segundo, las empresas chinas se volcaron a la exportación. Tercero, para poder colocar esos volúmenes, castigaron su precio y llegaron a vender inclusive por debajo de su costo de producción. Cuarto, esto propició una reacción mundial de investigaciones de comercio desleal contra China, que es el principal país acusado de comercio desleal. Quinto, en América Latina hay 37 investigaciones antidumping vigentes contra China y 12 se encuentran en proceso de análisis».
– ¿Cómo es la exportación de productos de acero chino hacia América Latina?
«En 2015, China exportó al mundo 112 millones de toneladas y 9,4 millones de toneladas llegaron a América Latina. En 2011, se recibieron 4,5 millones. Su participación en la demanda latinoamericana pasó del 6% al 14%, y Chile recibió 1,3 millones de toneladas, 14% del total latinoamericano.
Las cifras disponibles a la fecha señalan que China volverá a exportar por arriba de los 100 millones de toneladas en 2016.
China es una parte del problema de las importaciones, ya que América Latina recibió en 2015 un total de 25 millones de toneladas; equivalente al 38% de la demanda de la región, causando un daño a la producción nacional de la región».
– ¿Qué hacer para resolver esa sobrecapacidad de acero en China?
«Solo hay tres formas: destruirla, tener una demanda que la absorba o exportarla. La primera, ha tenido resistencia del gobierno por las implicaciones de desempleo e impacto social. La segunda, se ve difícil por la desaceleración económica china. La tercera, es un riesgo creciente para la industria regional y el peligro de que las fricciones se conviertan en una guerra comercial».
– ¿Qué pueden hacer los gobiernos frente a la sobrecapacidad?
«El pasado abril hubo una reunión de 34 países, organizada por la OCDE y el gobierno de Bélgica, buscando una negociación internacional. El esfuerzo fracasó por la actitud de China de no enfrentar su realidad.
La Comisionada de Comercio de la Unión Europea declaró: ´la escala de la emergencia en el sector es ahora de vida o muerte para muchas compañías. De tal forma que cada uno de nosotros tiene que actuar de forma rápida, particularmente en respuesta a las prácticas de comercio desleal’.
En el plano nacional, los gobiernos tienen los instrumentos que la Organización Mundial del Comercio (OMC) contempla y autoriza para enfrentar las prácticas desleales de comercio.
En países que están abiertos al comercio, es crítico que el gobierno garantice que no existan distorsiones en el mercado y que se actúe en consecuencia cuando estas se presentan, sobre todo en la forma de comercio desleal» .
– ¿Opera la siderúrgica de China en condiciones de mercado?
«La siderúrgica de China no responde a necesidades del mercado sino a una lógica de planificación central del gobierno. Es una industria controlada vía planes quinquenales, empresas propiedad del Estado y subsidios.
Los apoyos provienen de todos lados: el sistema bancario, el transporte, la generación de energía, la infraestructura portuaria, las materias primas, su manejo del tipo de cambio, devolución de impuestos a la exportación, etc.
En ese contexto, la industria siderúrgica china no opera en condiciones de mercado».
– ¿Qué significa «un campo de juego parejo en la industria del acero»?
«Lo que significa es que las condiciones de competencia en el mercado sean iguales para todos los participantes y que no existan condiciones artificiales para que unas empresas ganen participación en el mercado.
En el entorno siderúrgico latinoamericano, donde casi la totalidad de las empresas pertenecen al sector privado, el gobierno debe garantizar que en el contexto mundial no se otorguen subsidios, que se corrijan las prácticas desleales y que el comercio refleje la competitividad de las empresas. La OCDE y la OMC son los canales para esas acciones.
En cada país, la aplicación de los instrumentos de la OMC es una condición sine qua non y que las condiciones de competencia se ajusten a la regulación existente».
– ¿Es estratégico el acero?
«Como industria, el acero es la columna vertebral de la manufactura e industrialización de un país; que además, se distingue por la investigación e innovación que realiza y la capacidad técnica de sus trabajadores que tienen salarios y habilidades por arriba del promedio industrial.
Como producto, es un insumo estratégico para las principales actividades de una economía: desde la construcción e infraestructura, los bienes duraderos, la automotriz y autopartes, maquinaria y equipos, hasta productos menores como clavos y cercas de alambre».( El Mercurio )