En la última conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) de París, se reconoció nuevamente la necesidad de un cambio rápido en las fuentes de energía utilizadas a nivel global, desde los combustibles contaminantes -principalmente diésel y carbón y, en menor medida, gas natural- hacia las tecnologías limpias y renovables, como son el viento, el sol, la geotermia, la biomasa, las olas y mareas y la hidroelectricidad de bajo impacto (ERNC).
Este reconocimiento ocurre, además, en un momento en el cual en todo el mundo las ERNC están demostrando que no solamente son limpias y renovables, sino que, contando con el marco regulatorio adecuado, resultan ser la opción más barata para obtener energía eléctrica.
En este contexto global, Chile viene desde hace algunos años destacándose como un país muy atractivo para las inversiones en ERNC. A modo de ejemplo, en el último informe del Índice de Atractivo por País para las Energías Renovables (mayo 2016) de la consultora EY Chile se ubicó en el lugar N° 4, solamente precedido por los Estados Unidos, China e India.
En dicho informe, la consultora destaca a Chile como uno de los primeros mercados de energía en el mundo en el cual los proyectos ERNC pueden competir económicamente con otras fuentes de energía convencional.
Lo que señala EY quedó demostrado públicamente a fines de 2015, cuando la licitación para suministro a empresas distribuidoras adjudicada en octubre de ese año, fue ganada en su totalidad por ofertas de proyectos ERNC, que ofrecieron costos más bajos que todas las empresas convencionales que participaron en ella. Con un promedio de 79,5 US$/MWh, dicho proceso estableció el precio de energía más bajo visto en los últimos 8 años en licitaciones para clientes regulados en Chile.
Centrales ERNC
Uno de los requisitos para el desarrollo eficiente de las ERNC es que el país cuente con sistemas de transmisión y distribución debidamente planificados y dimensionados, de manera que permita el ingreso de centrales ERNC en diferentes partes del país, para que ellas puedan llegar a los diferentes clientes y competir con sus ofertas.
Los actuales sistemas de transmisión SIC y SING en un par de años más se integrarán en un solo sistema desde Arica a Chiloé. Esta modificación, respaldada en la nueva Ley de Transmisión Eléctrica, será la columna vertebral para construir un mercado eléctrico nacional en el que las centrales de variadas tecnologías y situadas en diferentes regiones del país se podrán respaldar entre sí y competirán sin barreras artificiales por los clientes a nivel nacional.
Por otro lado, a diferencia de lo que ocurre con las centrales convencionales termoeléctricas, que habitualmente requieren disponer de acceso a puertos y contar con suministro de agua para refrigeración, limitando las opciones de instalación, los sitios con recursos ERNC explotables comercialmente están distribuidos a lo largo y ancho de todo Chile.
Asimismo, la escalabilidad de estas tecnologías, es decir, la capacidad de ajustar su tamaño sin incurrir en una alta penalización por des-economías de escala, suma otra diferencia con sus contrapartes convencionales. Esta característica de las ERNC permite entonces no solamente pensar en proyectos de decenas o centenas de MW, sino que también resulta económicamente eficiente implementar centrales con potencias de MW o fracciones de MW. Estas centrales ERNC de menor tamaño, que la ley reconoce como «Pequeños Medios de Generación» o «PMG» pueden instalarse, por ejemplo, a través de centrales minihidro asociadas a cursos de agua, plantas PV en techos de instalaciones industriales o domicilios, o con turbinas eólicas de tamaño pequeño, conectándose a la red de distribución.
Pionero mundial
Los bajos precios y la abundancia de fuentes ERNC en Chile permiten que nuestro país sea pionero a nivel mundial en el proceso de transición hacia una matriz energética limpia y sustentable. Para ello, es necesario contar con las políticas públicas y leyes que garanticen la expansión oportuna y eficiente de las redes de transmisión y distribución a nivel nacional. Tal como lo señalan varios estudios, el sobrecosto que puede implicar un sistema de transmisión con las necesarias holguras es de tan solo algunos dólares, que son ampliamente compensados por la baja en los precios de la energía gracias a la competencia y a la incorporación de centrales ERNC eficientes.
En este sentido creemos que la ley de transmisión, actualmente en discusión en el Congreso, establece las normativas adecuadas para que Chile cuente con un sistema de transmisión adecuado en el plazo de algunos años desde la entrada en vigencia de esta ley. Una vez que esa ley sea aprobada, creemos que también sería conveniente dar una mirada a la normativa de las redes de distribución, para mejorar aspectos que permitan la expansión más rápida y eficiente de centrales PMG, que aún tienen un enorme potencial sin explotar.
( El Mercurio )