La gran minería y la formación para el trabajo

VILLARINOPor Joaquín Villarino. Tan importante como saber cuántas personas se requerirán, es identificar los perfiles que serán más demandados por la industria.

En el marco de Expomin lanzamos el Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería para el período 2015-2024. Este estudio es una herramienta del Consejo de Competencias Mineras que año a año realizamos con la asesoría de Innovum Fundación Chile.

El gran valor que tiene este estudio es que es el único que permite analizar tanto la demanda como la oferta de trabajo en el sector minero, y su proyección a diez años. Para elaborarlo contamos con la información provista por catorce empresas mineras y 18 empresas proveedoras incluyendo más de 60 mil trabajadores de la gran minería, lo que representa una muestra altamente representativa del sector.

Entre los resultados de este año es importante resaltar que la industria minera necesitará incorporar 30 mil personas en los próximos diez años, 2.700 más que las estimadas en el estudio anterior. El reemplazo de personas que se acogerán a retiro por edad (18.400) es superior a las plazas que serán demandadas por nuevos proyectos que comienzan a operar (11.600), lo que traduce en parte el desafío en productividad que se ha impuesto la industria y, por lo tanto, la necesidad imperiosa de mejorar la capacitación.

Debido al contexto económico y el ciclo de bajos precios del cobre, se observa que la demanda de capital humano será menor durante los años 2016 y 2017, pero esta situación comienza a cambiar a partir de 2018, donde ya se aprecia una recuperación.

Tan importante como saber cuántas personas se requerirán, es poder identificar los perfiles que serán más demandados para que el mundo formativo se mueva en línea con esa demanda. En este sentido, nos preocupa el descalce de pertinencias que se aprecia. Las instituciones de educación siguen generando sobreoferta de egresados en ciertas especialidades, mientras  hay evidente escasez de otras, como los mantenedores mecánicos y operadores de equipos móviles y de planta. Estas brechas impactarán indudablemente en las tasas de empleabilidad futura, por lo que es hoy cuando debemos abordar este tema de manera sectorial, con una visión más amplia y con iniciativas que articulen el diálogo entre el mundo formativo, la industria y el sector público. Solo así lograremos tener el capital humano de clase mundial que se requiere.

En esto hemos estado trabajando desde hace cuatro años a través del Consejo de Competencias Mineras, una iniciativa del Consejo Minero que se ha posicionado como el primer skills council sectorial de Chile. Con esta consolidación del CCM, el 2016 hemos dado inicio a una nueva etapa que involucra nuevos desafíos.

Queremos desarrollar una industria más sustentable a la par de mejorar su productividad, para ello nos hemos propuesto potenciar la usabilidad de las herramientas creadas por el CCM, la aplicación de los estándares sectoriales en las operaciones mineras y sus proveedores, así como el ajuste de la oferta formativa a las señales cuantitativas y cualitativas que nos arroja el Estudio de Fuerza Laboral que ya se ha mencionado anteriormente.

Para todo esto contamos con nuevos socios que nos permitirán avanzar de una forma más acelerada en nuestro propósito. A partir de 2016 sumamos a nuevas empresas mineras (once en total), además de dos importantes empresas proveedoras como son Finning y Komatsu, y dos asociaciones: Aprimin y la Asociación de Industriales de Antofagasta.

Pero esta labor no se puede hacer solo desde el mundo privado, es clave que el Estado asuma un rol protagónico en la política pública de formación para el trabajo, que catapulte la efectividad de esta iniciativa no solo en la minería sino que en otros sectores económicos relevantes. Ello redundará en la mejora de la productividad y competitividad de Chile.

Clave también es el financiamiento compartido, de manera de viabilizar a los consejos de competencias. Estos, como iniciativa de alto retorno social,  no solo deben depender de los socios que la incentivan, también deben contar con financiamiento permanente del Estado, como ocurre en otros países, lo que les permite mantenerse a largo plazo, sorteando períodos de contracción económica como los actuales. La continuidad y proyección es fundamental ya que los resultados no son inmediatos.

Como gremio tenemos una responsabilidad enorme en hacer de la minería un sector más sustentable y con larga vida, y parte importante de ello pasa por lo que hagamos con los actuales estudiantes, futuros trabajadores de esta industria.

El Estudio de Fuerza Laboral que recién lanzamos nos enciende algunas señales de alerta. Esperamos que estas guíen a todos los actores involucrados para aprovechar los beneficios de la iniciativa y sentar las bases que permitan a otros sectores productivos aprovechar el camino que ya hemos recorrido en la formación para el trabajo.

*El autor es presidente ejecutivo del Consejo Minero.( Pulso)

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