En apenas siete meses surgieron tres frentes de batalla en el mercado chileno del acero

acero manoEl mercado del acero está convulsionado. A partir de octubre del año pasado se desencadenaron tres procesos de investigación al interior de la Comisión Nacional de Distorsiones, los que involucran a las dos siderúrgicas del país -CAP y Gerdau-, la fabricante de alambres Inchalam y varios importadores de productos provenientes de China, México, España y Turquía, entre otros.

Dos de estas indagatorias fueron solicitadas para imponer salvaguardias a productos como el alambrón, en el caso del proceso iniciado por la Siderúrgica Huachipato -filial de CAP-, y sobre los clavos, alambres y mallas, a petición de Inchalam. La tercera investigación involucra a las barras de acero para hormigón provenientes de la firma mexicana Deacero, que es acusada por CAP y Gerdau de estar haciendo dumping en Chile.

Como si estas acusaciones internas no fueran suficientes, desde el exterior el panorama en torno al acero no es más tranquilizante. Desde febrero y de manera creciente se ha venido observando una fuerte disminución de los stocks mundiales, como consecuencia de la decisión de China de restringir sus exportaciones de acero, lo que estaría elevando fuertemente los precios en todo el orbe. Sin excepciones.

Esto, según los expertos, terminará impactando también a Chile, básicamente porque el 61% del acero que se consume en el país, y que el año pasado totalizó 2,8 millones de toneladas según las cifras del Instituto Chileno del Acero (ICHA), proviene de importaciones.

Avanzan las investigaciones

En los tres frentes que se investiga en Chile ya hubo avances. Entre los más relevantes está la salvaguardia provisoria de 37,8% impuesta a las internaciones de alambrón de cualquier mercado. Esta medida fue adoptada por la comisión el 6 de octubre, un día después de iniciada la investigación en este segmento, con una duración máxima de 200 días, para cuando ya debería tener una decisión final.

Como dato adicional, esta no es la primera vez que el alambrón es centro de preocupaciones. Entre julio de 2002 y julio de 2003 ya tuvo una sobretasa de 10%, según los registros históricos de la comisión. En la actualidad, el país consume unas 180 mil toneladas de alambrón, de las cuales 75 mil son importadas desde distintos lugares.

Respecto de la indagación en los segmentos de clavos, alambres y mallas, este jueves la Comisión de Distorsiones realizó una audiencia pública para recibir opiniones de distintos actores del mercado, tras lo cual se esperaba su pronunciamiento en cuanto a aplicar o no una sobretasa, pero hasta ayer todavía no se anunciaba ninguna decisión.

Esa indagación partió el 1 de diciembre pasado y, según explican desde una de las compañías involucradas, está muy relacionada con la sobretasa temporal aplicada a las importaciones de alambrón, que encareció ese producto y, por lo tanto, también se elevó el costo de producir sus derivados -alambres, clavos y mallas-, lo que incitó a los productores locales a solicitar también una salvaguardia a las importaciones directas de estos artículos para equiparar la cancha.

Acusaciones de colusión entre CAP y Gerdau

Donde los enfrentamientos han estado más duros es en la investigación por dumping contra las barras de acero para hormigón que exporta a Chile la mexicana Deacero, vía las distribuidoras locales Ebema y FullAcero. La comisión decidió acoger esta acusación hecha por Gerdau y CAP, y partió su indagación el 27 de noviembre pasado.

Las compañías importadoras son enfáticas en señalar que no hacen dumping -pues el precio al que comercializaría Deacero en Chile no es menor al que vende en su mercado de origen- y que existirían imprecisiones en las muestras de valores tomadas por las siderúrgicas chilenas en la acusación.

“La información que presentaron las empresas inicialmente contiene errores, pues toma precios que no son exactos. La investigación ni siquiera debió ser aceptada”, recalca el gerente general de FullAcero, Raúl Álvarez.

Similares argumentos entregó a la comisión la Embajada de México en Chile y también son refrendados por Ebema. Esta última incluso va más allá y acusa a las siderúrgicas chilenas de atentar contra la libre competencia, configurándose actos de colusión entre CAP y Gerdau.
Su gerente general, Miguel Korze, explica que en el pasado observaron, por ejemplo, que estas empresas incurrían en prácticas como diferencias de precios por zonas geográficas, repartición de áreas de venta entre estas compañías, precios de castigo a empresas que compraban a importadores, entre otras. Por eso, insiste en que la Fiscalía Nacional Económica (FNE), aprovechando la instancia del proceso en la Comisión de Distorsiones -que preside el fiscal Felipe Irarrázabal- debería concretar una investigación por libre competencia.

Desde Gerdau, su gerente general, Italo Ozzano, responde que las empresas no están, ni han actuado de manera coludida en el pasado. Replica diciendo que, si presentaron juntas la acusación de dumping, fue únicamente porque la ley exige que la solicitud sea hecha por actores que representen más del 50% del mercado.

Por otro lado, recalca que como precedente Estados Unidos ya puso una sobretasa de 20,58% al acero para concreto de la mexicana DeAcero el 11 de junio de 2014, la que se extenderá por cinco años.

“La solicitud de medidas antidumping no es proteccionista. Los productores en Chile estamos abiertos a la competencia internacional, pero queremos competir en igualdad de condiciones”, sostiene Ozzano.

CAP, a través de sus abogados Nicole Nehme y Benjamín Mordoj, del estudio FerradaNehme, presentó a mediados de abril pasado un documento con respuestas a estas acusaciones, las que califica de extremadamente graves. “No es posible identificar un duopolio en Chile, pues existen numerosas empresas que ofertan el producto, el que a su vez tiene distintos orígenes, como España, Turquía, México y Chile”, sostiene.

En Chile se consumieron en 2015 un total cercano a las 700 mil toneladas de barras de acero para hormigón. De ellas, unas 200 mil toneladas corresponden a importaciones, según ICHA.

Falta de stock por decisión de China

Respecto al comportamiento internacional, en los últimos tres meses el precio de los principales productos de acero subió fuertemente en el mundo tras la decisión de China -a comienzos de febrero- de restringir su producción de todo tipo de aceros para exportación.
Los expertos sostienen que esta disminución provocó un desabastecimiento en gran parte de Asia, que buscó comenzar a comprar en Europa, estrechándose con ello la oferta en todo el orbe.

Como referencia, según datos de la consultora internacional Steel Orbis, el valor de las barras de acero para hormigón de Turquía hoy se comercializa en torno a US$ 490 la tonelada, un 52% más que a comienzos de febrero, cuando se hicieron los anuncios en China. En ese mismo mercado, el alambrón ha tocado máximos de US$ 520 la tonelada, 53% más que en febrero.

El alza de precios en el mundo se extenderá también a Chile, dicen las empresas importadoras. “En Chile habrá en el corto plazo alzas del orden del 60% en el precio del acero por alzas en los precios internacionales. Si a eso agregamos que la comisión sin conocer este hecho anuncie una sobretasa a la importación de barras de refuerzo para el hormigón, el precio en Chile puede subir más de un 100%, agravando seriamente la ya deprimida construcción en el país”, dice Miguel Korze.

Como reflejo del alza en los precios internacionales, las acciones de CAP en Chile han subido en torno a 37% en lo que va del año, al cotizarse el viernes en $2.355,8 al terminar la jornada.( El Mercurio )

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