Exitosa Romería por Cementerios Salitreros, al rescate de una antigua tradición

ROMERIAGracias al taller de Coronas de Flores de Hojalata impulsado por SQM

Más de cien personas decoraron el desierto en Romería de Cementerios Pampinos 

Más de mil ofrendas fúnebres, fueron confeccionadas en los cursos desarrollados en Tocopilla, Quillagua, María Elena e Iquique, los que fueron distribuidos en una ruta que incluyó los camposantos de la gloriosa época del salitre en las Regiones de Antofagasta e Iquique. 

 

Más de un centenar de personas se sumaron a nueva versión de la Romería por los Cementerios Salitreros en víspera del Día de Todos los Santos, en un emotivo circuito que incluyó nueve cementerios, partiendo en la Región de Antofagasta con Empresa, Buenaventura, Coya y Vergara, en las cercanías de María Elena, para continuar su paso por los cementerios tocopillanos de Gatico y Cobija y concluir en la Región de Tarapacá, con un recorrido por Laguna, Bellavista  y  Pintados, donde los integrantes de los Taller de Flores de Hojalata depositaron sus ofrendas florales y rindieron homenaje a hombres y mujeres que fueron testigos de la vida en la pampa.

 

Un circuito cargado de nostalgia y simbolismo, que marca el cierre de los cursos impulsados por SQM en su cuarta versión en Iquique, por segundo año consecutivo en María Elena y por primera vez en Tocopilla y la localidad de Quillagua, en una iniciativa en línea con su continuo compromiso  de poner en valor y difundir el patrimonio salitrero de las localidades vecinas a sus operaciones.

 

Al son de las melodías de una banda de bronce local, las orgullosos alumnos depositaron sus coronas y vistieron las tumbas que datan de fines de siglo 19 y principio de siglo 20, como fieles testigos de la gloriosa época del oro blanco, que años después quedaron desoladas tras el cierre de las oficinas salitreras

 

María Moscoso, reconocida pampina y monitora de esta iniciativa, destacó “Estamos muy contentos con los resultados del último taller realizado en  Iquique, donde la gente ha respondido muy bien con 670 coronas y 800 en las Región de Antofagasta, con las que pudimos vestir cementerios totalmente olvidados. Es un regocijo para el alma brindar estas ofrendas a personas que nadie ha visitado por años, lo que es parte de nuestra misión de dar color a estos lugares con un trabajo que va al rescate de una tradición propia de nuestra historia pampina”.

Moscoso agradeció el apoyo de SQM en este trabajo de rescate patrimonial, al que cada vez se suman más personas, como gente mayor, jóvenes, hombres y mujeres que participan en estos cursos para conservar esta tradición propia del arte funerario pampino, donde una vez más el ingenio se hace presente gracias a una práctica que permitió a los deudos recordar a sus seres queridos con una expresión artística capaz de resistir la inclemencia del sol, las altas temperaturas, la aridez del desierto y trascender a través del tiempo.

 

Pablo Pisani, Gerente de Sustentabilidad de SQM, señaló “Estamos muy contentos con la alta convocatoria de los talleres y sus positivos resultados que se ven en esta nueva romería, que es un reconocimiento al trabajo y al esfuerzo por recuperar y poner en valor el patrimonio local, a través del rescate de una antigua tradición arraigada en la cultura pampina, que como Compañía nos hemos comprometido a difundir, considerando su aporte a nuestras comunidades vecinas que se caracterizan por su vínculo con el glorioso pasado salitrero”, manifestó Pisani.

 

Experiencia

Los más entusiasmados sin duda fueron los alumnos del taller, como Erica Araya, amante de las manualidades que por primera vez se acercó a esta técnica. “Nací en María Elena y mi abuela hacía coronas de papel que llevaban a los cementerios y cuando vi la convocatoria en el diario me interesó y me decidí hacer el curso, que fue una experiencia muy bonita”, relató la participante.

 

Bernarda Ortega Roco, integrante del taller de María Elena, comentó que esta iniciativa es una actividad muy entretenida, que le ha permitido compartir y conectarse con recuerdos vividos en la pampa. La alumna comentó que  “es una experiencia maravillosa que me recuerda cuando con mis abuelos visitábamos el cementerio de Coya para buscar flores y pintarlas, tradición que con el tiempo se perdió, por lo cual hoy es muy significativo poder hacer estas coronas, sobre todo  en un  ambiente muy bonito donde todas nos ayudamos, damos ideas y compartimos historias de nuestras familias que pasaron por la pampa”.

 

Ana Schlick, se sumó al taller de Iquique y asistió a su primera romería la que describió como totalmente emotiva, ya que la conectó con su pasado salitrero y con la nostalgia de visitar la tumba de su padre cerca de Humberstone. “Ha sido una experiencia muy bonita, todos hemos trabajado con mucho esfuerzo y llegar por primera vez a este cementerio fue algo impresionante y muy lindo a la vez, porque pudimos compartir con toda la gente con la que pudimos hacer este creativo trabajo”, aseguró la alumna.

 

SQM también  ha contribuido a la realización de estos talleres y la difusión de su trabajo a través de una muestra itinerante que se ha exhibido en María Elena, Iquique, Humberstone y Tocopilla. La compañía, desde sus orígenes, confirma su compromiso con la recuperación y difusión del legado y patrimonio histórico de la industria salitrera, que se suma al trabajo en torno a otros ejes centrales como el aporte a la educación y el desarrollo social.

 

Talleres

 

El entusiasmo es una tónica presente en estos cursos. En lugares como Iquique donde se realizó por cuarta vez y María Elena por segundo año consecutivo, hay alumnos que repiten la experiencia y otros que se suman por primera vez atraídos por los positivos comentarios como también por la oportunidad de compartir y conocer nuevas personas. Tras el éxito obtenido en estas comunas, SQM amplió su programa a nuevos lugares como Tocopilla y la localidad de Quillagua.

 

En los cursos se imparte esta tradicional técnica que estuvo perdida por 50 años y que contempla algunas innovaciones como la utilización de láminas recicladas y de menor grosor respecto a las usadas originalmente.

 

Este trabajo nació bajo la inquietud de María Moscoso que soñaba con colorear los desolados cementerios salitreros. Junto a unas ex compañeras de colegios realizaron quinientas coronas de flores de papel, pero no contaban con movilización, la que fue solicitada a SQM, que se interesó por la iniciativa. La empresa continuó con el apoyo al proyecto, pero con una técnica trabajada en hojalata, la que se perfeccionó con un proceso de investigación, tomando los moldes de coronas que datan desde hasta cien años. Así se realizó un arduo trabajo que va desde sacar los moldes de las flores, pintarlas y luego montarlas con alambre, para terminar con delicados detalles como unir los pistilos y hojas, al igual que una flor real, lo que marca la delicadeza de esta tradicional técnica.

 

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