En nuestro país, los usos de los combustibles están concentrados principalmente en sectores como transporte, industria y minería, residencial y comercial, y en los centros de transformación, los cuales presentan porcentajes similares de participación a nivel nacional.
El ingeniero civil mecánico y doctor en Ciencias de la Ingeniería Mario Toledo, académico y director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María (DIMEC-UTFSM), explica que el país, en un marco de energías primarias, está dominado por petróleo, carbón, gas natural y biomasa.
Por lo tanto, la dependencia de Chile en las importaciones de combustibles es clara (petróleo, gas natural y carbón). «Solo tenemos biomasa, pero es contaminante. En este contexto, un uso eficiente y no contaminante de los combustibles es fundamental, principalmente del petróleo y el carbón».
En este contexto, destaca que se deben utilizar tecnologías de punta -eficientes y no contaminantes- en el uso de estos combustibles. «Entre los principales errores o deficiencias que se cometen en el uso de los combustibles es que existen tecnologías obsoletas, poco eficientes y contaminantes donde se queman los combustibles».
Gestión eficiente
El director del DIMEC-UTFSM destaca que los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) no son ilimitados, siendo importante utilizarlos eficientemente de manera de aprovechar al máximo su poder calorífico. «En el caso de Chile, es importante usar nuestra biomasa».
Lo cierto es que la preocupación por el uso eficiente de los combustibles en el mundo se ha instalado fuertemente en cuanto a sus dimensiones medioambientales, principalmente por el tema del calentamiento global y las emisiones de CO2.
Al respecto, comenta que la normativa en Chile en el uso de combustibles está orientada a disminuir las emisiones contaminantes más que al uso eficiente de la energía.
«Sin embargo, hay avances es este último aspecto como la Norma ISO 50.001 de gestión de la energía».
Cabe destacar que ISO 50.001 es una norma internacional voluntaria desarrollada por ISO (Organización Internacional de Normalización), que brinda a las organizaciones los requisitos para los sistemas de gestión de energía.
Proporciona beneficios para las organizaciones grandes y pequeñas, en los sectores público y privado, en la manufactura y los servicios, en todas las regiones del mundo, además establece un marco para las plantas industriales, instalaciones comerciales, institucionales y gubernamentales, y organizaciones enteras para gestionar la energía.
Se estima que la Norma ISO 50.001 posee una amplia aplicabilidad a través de los sectores económicos nacionales y podría influir hasta en un 60% del consumo de energía del mundo.
Seguridad adecuada
«La ciudadanía está muy desinformada en el tema de combustibles y su uso eficiente, y por ende se debe implementar un programa de difusión masivo. Por su parte, la utilización de combustibles gaseosos es un tema que se debe analizar en el corto plazo, lo cual incluye al hidrógeno», indica Mario Toledo.
Agrega que en el país existe la normativa de seguridad adecuada de transporte y carga de los combustibles, concretamente en la carga de combustible tanto a nivel industrial como en particulares (estaciones de servicio), la cual se debe cumplir correctamente.
Falta investigación
En materia de innovación, la producción de biocombustibles está presente a nivel mundial, focalizada en biodiésel y etanol para el transporte, detalla el director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Mario Toledo.
Sin embargo, cree que a nivel nacional no se ha avanzado en definir claramente de qué materia prima obtener los biocombustibles. «Falta más investigación, como por ejemplo en tecnologías de generación y utilización de hidrógeno».
( El Mercurio )