Las subastas de propiedades, vehículos y bienes mineros han experimentado un importante alza en los últimos años.
Así lo señalan fuentes de todas las casas de remates y consultoras.
De acuerdo con las cifras de las empresas especializadas, el remate de autos ha experimentado un crecimiento promedio de 30% en los últimos cinco años.
Se trata de un número superior al crecimiento que han registrado las ventas de vehículos nuevos en el país en el mismo período, con un alza de 22,6% desde 2010, pero que entre 2013 y 2014 cayó 10%, según las cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, Anac.
No por nada, casas de remates como Tattersall Gestión de Activos pueden llegar a rematar hasta 2.500 vehículos al año, un número que ya se quisieran muchas distribuidoras de automóviles.
Según los expertos, el factor costo-oportunidad ha mantenido la comercialización de automóviles en remate al alza, ya que es posible ahorrar desde 15% hasta 60% del valor real del auto usado, con respecto al mercado tradicional.
En el caso de la minería, el aumento de activos en remate se debe, entre otros aspectos, al estancamiento que han experimentado algunos de los grandes proyectos.
Esto ha generado un mayor stock de maquinarias, equipos e insumos para este sector productivo.
De ahí que empresas como Colliers señalen que ha existido un incremento del orden del 10% al 20% de los remates de equipos asociados a la minería.
El mercado sigue reconociendo que los remates son un modo eficiente y estratégico para vender activos.
PARADOJA
Para muchos es una paradoja el hecho de que mientras la economía pasa por un período de contracción, los remates y los montos que se subastan estén creciendo.
Es por eso que existe la tendencia a creer de que el negocio de los remates es contracíclico.
Al respecto, los protagonistas del mundo de los remates dan sus razones para justificar si la ralentización de la economía y la inversión favorece o genera una mayor cantidad de remates.
Pablo Stevenson, gerente general de Tattersall Gestión de Activos, estima que esto no se ajusta a la realidad.
«Desde una perspectiva se puede pensar que el aumento de la oferta de bienes y propiedades en remate significa que la industria es contracíclica. Pero el hecho de que aumente la oferta, significa que tengo que tener un mercado comprador. Y en Chile hemos visto que existe y ha aumentado este mercado comprador. En una economía a la baja ese mercado comprador no existiría».
Por su parte, Exequiel Balmaceda, gerente y martillero de CGR Chile, explica que muchos sostienen que este es el mejor momento para las empresas de remates, opinión que definitivamente no comparte.
«Lamentablemente, creer que las casas de remates ganan en épocas de contracción económica escapa de la realidad, ya que si bien, en períodos de crisis económicas, la demanda por nuestros servicios crece, aumentando considerablemente la oferta de bienes, la demanda por estos bienes baja en mayor proporción, ya que la oferta aumenta principalmente en bienes que requieren tener contratos y trabajos estables, como son la maquinaria, equipos y camiones».
Agrega que incluso habiendo grandes oportunidades por precio, los compradores no acostumbran a comprar para «guardar y esperar», ya que la antigüedad mínima exigida por los grandes actores que contratan los servicios es acotada a no más de cinco años, por lo que al momento de una reactivación y oportunidad de trabajo, muchos bienes pueden quedar obsoletos por antigüedad, sin poder ser ocupados en nuevos contratos.
REACTIVACIÓN
De acuerdo con el experto, el estado actual de la economía chilena debiera durar hasta mediados del 2017.
«Esto porque China se expandió solo un 6,9% el tercer trimestre, siendo este su crecimiento más bajo desde el 2009 en la crisis asiática, y cuya proyección para el 2016 es del 6,5%. Esta situación no es muy alentadora, considerando que la demanda por cobre, nuestro principal producto, se mantendrá, en el mejor de los escenarios, estable y al mismo bajo precio, que en los últimos 12 meses ha caído un 20%, y otros metales como el hierro, 35% en el mismo período», sostiene Balmaceda.
Y agrega: «Como consecuencia de lo anterior la industria en general, se está viendo obligada a ajustarse, generando el término de contratos con una gran cantidad de proveedores, quienes en este escenario inestable y a la baja, requerirán liquidar sus activos».
De opinión similar es Cristián Rivas, gerente de Remates Rivas, para quien la actual situación económica genera mayor movimiento en las casas de remate. «Es cierto que hay una mayor cantidad de empresas que están ofreciendo liquidar sus bienes a través de remates. Pero por lo mismo el poder comprador también está restringido, tanto en el interés por comprar, como en los valores que se están dispuestos a pagar. Esta situación la manejamos utilizando estrategias diferenciadas para cada tipo de activo a rematar».
MARTILLEROS
En este mercado, uno de los actores más relevantes son los martilleros públicos y judiciales, quienes se han adaptado para cumplir el rol de facilitar el reemprendimiento.
No en vano la antigua Superintendencia de Quiebras fue renombrada como Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento.
A partir del 9 de octubre del año 2014, con la entrada en vigencia de la Ley N.° 20.720, se creó la figura del martillero concursal, que es aquel martillero público que se somete voluntariamente a la fiscalización de la Superintendencia y que rinde un examen de conocimientos ante esta para integrar la Nómina de Martilleros Concursales.
Estos son los únicos que pueden vender al martillo los bienes de un procedimiento concursal de liquidación, y es dentro de este marco que la Superintendencia fiscaliza sus actuaciones( El Mercurio )