La innovación de las mineras para asegurar la calidad de vida de sus trabajadores

Gustavo Campillay (28), operador mina, acaba de terminar su jornada laboral y se prepara para un merecido y reponedor descanso en el campamento Villa San Lorenzo de Minera Escondida. En su habitación arma lo que será un transitorio estudio de trabajo: notebook, audífonos y una machine, implementos que le servirán para disfrutar de un pasatiempo que tiene desde adolescente: mezclar canciones, editar y crear pistas de nuevos ritmos.

A la misma hora, pero en el campamento Pioneros de la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi a más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en la zona altiplánica de la Región de Tarapacá, Gabriela Robles (25), asesora en prevención de riesgos de la empresa Eliqsa Grupo, deja su labores diarias para ir a cenar sus compañeros, “tirar la talla” y olvidarse un poco del frío. Mientras que Jorge Mora (24), operador planta de Minera Lomas Bayas, compartirá junto a sus amigos en las mesas de pool que tienen instaladas en el campamento.

Gustavo, Gabriela y Jorge reflejan el actual panorama de vida de miles de trabajadores de diversas operaciones mineras del país, quienes por 7 o 4 días viven en un segundo hogar,  el que comparten con sus compañeros de trabajo en una zona geográfica con condiciones adversas y lejos de sus familias, intentando asemejar su rutina a actividades que podrían realizar en su cotidianidad.

Campamentos: micro ciudades en el desierto

En la actualidad las mineras han adaptado por completo su territorio, funcionabilidad, habitabilidad y sustentabilidad, en pocas palabras, se han convertido en verdaderas ciudades con arquitectura diseñada especialmente para proporcionar una estadía en pro de la calidad de vida y bienestar integral de los hombres y mujeres de minería.

Correa3, empresa de arquitectura e ingeniería líder en diseño de proyectos mineros, expone en su cartera de proyectos que los campamentos podrían asemejarse a un hotel, sin embargo, los usuarios no son turistas por días, sino que están en dicho lugar por trabajo. Los alojamientos, al tener hay varios ocupantes y más aún con costumbres distintas, deben ser diseñados promoviendo el contacto entre ellos, lo que hace más humana la convivencia. De esta manera surgen sectores de encuentro, que van desde pequeña escala, como habitaciones,  hasta espacios de gran tamaño entre los que se encuentran comedores y zonas deportivas; espacios para los que se diseñan programas de calidad de vida específicos, con tal de proporcionar beneficios y alternativas que eviten una sensación de aislamiento.

Al respecto, la psicóloga laboral de Pineal Consultores, Patricia Amado, comenta que “así como las personas necesitamos hacer varias cosas para desarrollarnos en ciudad, en  las mineras se replica eso: entretención, cultura, esparcimiento, deportes, claro que en la escala que se pueda. Hay gente que le gusta hacer deporte, otros que prefieren pasar un rato agradable riéndose. Los trabajadores se acostumbran a estar en un sistema de turnos, que si bien son 4 o 7 días, allí en los campamentos se genera un ambiente distinto porque las actividades se hacen de manera grupal. Por ejemplo con el fútbol, se arman equipos, se hacen ligas y se motivan más por el hecho de que van a compartir también con otros compañeros de trabajo en una situación distinta a lo que son sus funciones diarias”.

Es por lo anterior que las empresas mineras han enfocado sus esfuerzos en fomentar este tipo de actividades en las que prima la camarería entre compañeros y compañeras de trabajos, pues entre ellos forman una segunda familia o grupo cercano con el que se vive la mitad del tiempo. Por lo tanto, ya no es solo una necesidad por parte del capital humano sino que representa una inversión a largo plazo que tiene repercusiones positivas en sus trabajadores y trabajadoras. Según Correa3, las 2 horas destinadas a distracción sacan al trabajador de un estado nostálgico durante los primeros días del turno. Es así como la entretención procura que estos períodos sean superados, y además hace que la persona no esté tanto tiempo en su dormitorio pues la lleva a compartir.

En el caso de Minera Escondida, sus campamentos Villa San Lorenzo y Villa Cerros Alegres, cuentan con estructuras y espacios confortables para desarrollar y fomentar actividades de esparcimiento, las que son organizadas en conjunto con Kimera Producciones, empresa local dedicada al servicio de recreación y programas de calidad de vida en campamentos.

Una de las directoras de Kimera, Bárbara Álvarez, cuenta que “hace unos años la entretención en campamentos mineros se reducía a un par de promotoras, un artista, un humorista y una bailarina, sin embargo, hoy las mineras quieren invertir a largo plazo con algo que le quede a la gente. En la actualidad la calidad de vida toma un papel mucho más importante, es una verdadera necesidad para las mineras. Nuestra empresa ha desarrollado un programa con el área de Servicios al Personal de Minera Escondida, que va mucho más allá del ocio. Incluimos cultura, deportes, actividades sociales en los pubs analcoholicos; invitamos a escritores para que presenten sus libros; hacemos charlas motivacionales acordes a los  grupos de interés, en las que se abordan temas propios de la faena como lo es la seguridad, pero de una manera más lúdica, es decir, elaboramos un calendario que da frutos en términos de relaciones laborales y en  productividad porque el trabajador está más contento, más motivado y relajado”.

Gustavo Campillay vive en carne propia lo que indica Bárbara y refuerza las razones que tienen las mineras para poder distraer a su personal. “La empresa evita que tengamos estrés laboral y crea un ámbito saludable dentro de un turno. Por mi parte no me quejo porque me dan las condiciones para poder descansar en un lugar confortable y si quiero hacer una actividad distinta a la que me brindan ellos, puedo hacerlo, como es el caso de mi música. Esto nos ayuda a comenzar un día con energía y terminar con un sentido de logro, no sé…saber que mis compañeros ganaron un partido de fútbol o algo similar, nos deja contentos a todos y se nos pasa rápido nuestra jornada laboral”, recalca.

Al igual que Gustavo, Jorge Mora (24), operador planta de Minera Lomas Bayas, destaca los servicios de entretención y distracción que tienen las mineras, manifestando que “cuando termino mi turno trato de distraerme, de hacer cosas distintas. En la minera tenemos de todo, hay diversos programas deportivos como zumba, spinning o fútbol. También espacios para jugar pool o ver tele. Uno los aprovecha porque al final terminas haciendo una familia en la minera; se genera mucho compañerismo, es una vida aparte la que tienes allá porque pasas la mitad del año con ellos y la otra con tus compañeros de trabajo; fechas importantes, navidades, cumpleaños…los servicios cumplen el lado ‘ameno’ de la minería porque por más que te intentes distraer, siempre estará la tecnología que te conecta con lo que pasa en tu casa y pucha ahí extrañas…”.

Infraestructura: habitabilidad en faena

Si bien la recreación forma parte importante del desarrollo integral del trabajador, ésta no puede implementarse si no está inserta dentro de una infraestructura diseñada especialmente para alturas extremas y climas adversos, dos condiciones comunes en prácticamente todos los asentamientos mineros en Chile.

Dentro de la carta de proyectos de Correa3, se indica que la arquitectura debe ser adecuada para estos lugares, pues requieren consideraciones particulares por estar en ambientes extremos: gran cantidad de trabajadores por turno;  condiciones ambientales en altura como la puna, humedad, lluvias, nieves y vientos;  calidad del sueño de los trabajadores ya que se debe manejar el silencio y la luz por los turnos nocturnos y diurnos; comodidad de dormitorios, en cuanto a nivel acústico y además, ser amigables con el medio ambiente a través de la eficiencia energética y sustentabilidad.

La Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi ha debido implementar una tecnología de punta por su ubicación geográfica, la que hace mantener una preocupación constante por la salud de sus trabajadores y procura entregar condiciones de infraestructura y servicio que fomenten y protejan la salud de su personal. Desde la minera informan que “tanto en el campamento Coposa, lugar de descanso de la totalidad de quienes se desempeñan en faena cordillera, como las áreas operacionales de extracción y procesamiento del mineral,  se ubican en un área de gran altura geográfica (…) la gestión de los riesgos ocupacionales transversales asociados a esta condición y riesgos específicos van en directa reacción con el proceso productivo. Collahuasi cuenta con un programa de fatiga y somnolencia y además mejoras en los equipos de acondicionamiento del aire en las habitaciones del Hotel Pabellón del Inca”.

Gabriela Robles tiene un turno 7×7 en la compañía y asegura que tras 12 horas diarias de trabajo no le queda mucha energía para realizar actividades recreativas, sin embargo, cuenta que en el campamento hay mucho que hacer y que pese a la altura, los anima a tener un descanso reponedor. “Hay gimnasio, salas de video juegos, de pool, taca taca; negocios en donde podemos comprar enseres que olvidamos en casa;  canchas de fútbol, un pub, que de alguna manera ayudan a liberar las tensiones del día, a acortar el turno y a pasar buenos momentos con los compañeros y amigos”, indica.

Una parte importante de la infraestructura son las habitaciones, las deben asegurar un buen descanso a los trabajadores. Las 8 horas de sueño son fundamentales, pues están muy relacionadas con la eficiencia y la seguridad a la hora del trabajo, por lo que se torna importante la calidad del sueño ya que se relaciona directamente con el estado de atención en faena. Asimismo, el oxígeno, la temperatura, la humedad, la luminosidad, los ruidos, la calidad del aire, cantidad de alojados por dormitorio, y otros son alguna de las preocupaciones de un dormitorio minero.

Según Patricia Amado “el no descansar, el no estar alerta te puede llevar a cometer errores tanto a nivel operativo como a nivel de seguridad, esos son dos aspectos importantes de la carencia de descanso o de sueño”.

Innovación para la calidad de vida

Las actividades para los trabajadores y trabajadoras han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Bárbara Álvarez manifiesta ya no es un “internado” como se le nombraba antiguamente. “Las personas ya no se dicen ‘pucha que lata voy subiendo’ porque esperan muchas actividades. Ahora incluso se apunta a los eventos o instancias culturales. Por ejemplo en Minera Escondida hacemos cenas temáticas de países, se aprende de la cultura de éstos. Ofrecemos una experiencia distinta”, manifiesta.

Asimismo, se han generado talleres distintos como literatura, el que fue implementado durante el 2013 y el 14 en la misma empresa, con el objetivo de constituir una biblioteca en faena. María Constanza Castro, académica de la Universidad Católica del Norte estuvo a cargo de la actividad y comenta que “es importante que las mineras fomenten el intercambio de conocimientos y experiencias no sólo desde la evasión sino desde la reflexión y análisis de temas más profundos.  Se hace necesario que existan clubes de lectura, de cine, talleres de danza, teatro y artes visuales los que aportan al desarrollo integral de los trabajadores”.

Balances

Ricardo Gómez, operador mina de la División de Codelco Radomiro Tomic, cree que actualmente las empresas mineras están al nivel esperado del capital humano tanto en infraestructura como en los programas de calidad de vida. “Nada que decir hay buenos lugares, espacios, por ejemplo en cuanto al casino, camarines que es lo que usamos generalmente. En salud tenemos muy buenos planes, nos hacen chequeos obligatorios todos los años, podemos ir a especialistas. En la alimentación también hay artos tipos de comidas, hipocalóricos, depende de uno comer bien o no”, cuenta.

Gabriela Robles menciona que si bien se ha invertido bastante en infraestructura, falta en la alimentación y alternativas de comidas, como también programas más rigurosos de salud. Mientras que Jorge Mora manifiesta que no se puede quejar “tengo una tele, cama cómoda, aire acondicionado, se dan todas las condiciones”.

Sin embargo, según Bárbara Álvarez, el mejorar los programas de calidad de vida es algo que nunca termina, pues los trabajadores y trabajadoras cada día son más exigentes, por lo que se debe innovar y proponer cada día más, para de alguna manera solventar el no estar en sus hogares junto a sus familias.( NM)

Comenta esta Noticia!