El tema lo ha levantado la comisión de Minería del Senado, que integran, entre otros, Baldo Prokurica e Isabel Allende: la norma de emisiones para las fundiciones, que aumenta a 95% la exigencia de captura de azufre para estas instalaciones, está ya atrasada respecto al contexto internacional y significará un desembolso altísimo para el propio Estado, pues las principales fundiciones son de Codelco y Enami. En la Sonami siguen de cerca la discusión.
¿Es partidario de aplazar la entrada en vigencia de la norma?
Ese es un tema que la realidad y la desaceleración, y dada la situación económica que estamos viviendo, amerita revisar su implementación, porque además esto es una norma para llegar al 95% de captación de azufre que las fundiciones no las tienen. Son inversiones del orden de US$2.500 millones, en un contexto en el que se está tratando de no parar, producir y ojalá mantener la producción e incrementarla. Es un escenario negativo. Lo más lógico sería revisarlo con visión de país, tanto de los privados o de las empresas estatales. Y tal vez postergar la norma en aras de un mejoramiento, para que cuando nosotros tengamos la norma del 95% en el mundo haya 98%. Entonces estaremos ya atrasados.
Además hay un tema de modernización y costos, pues nuestras fundiciones son poco competitivas.
Nosotros hicimos una presentación en el Congreso. Chile es un gran productor de concentrados, pero fundimos sólo una parte del mineral. Lo que nos cobran afuera hoy día son cargos que no incentivan a levantar una fundición acá. El cargo más el flete sale incluso más barato que fundir acá. Pero el punto es la mirada estratégica de largo plazo. Tenemos que tener un poder de negociación sobre los cargos de refinación y tratamiento. Eso sólo se hace teniendo una industria de fundiciones competitiva y para eso necesitamos invertir, modernizar, pero los plazos que están dados en esa norma tienen complicados a las empresas que tienen fundiciones
¿Ve un riesgo de que Chile se transforme en productor de concentrados?
Lo que pasa es que si uno lo mira en el corto plazo y ve que lo que se cobra afuera más el flete es más barato que fundir acá, surge la tentación de decir ‘ya, cerremos las fundiciones y exportemos todo’. Pero China, que necesita concentrados y construye fundiciones y que cobra poco para que lleguen los concentrados, si alcanza una posición dominante sin contrapeso podría fijar los cargos. Entonces para nosotros es estratégico tener una industria de fundiciones eficiente, que cumpla las normativas internacionales y que sea capaz de poder equilibrar el mercado fundiendo parte importante de los concentrados que producimos.
Necesitamos inversión y la inversión requiere señales de confianza para invertir, si las decisiones de inversión son absolutamente racionales. No tiene que ver con política, ni con religión ni clubes deportivos, obedece a una racionalidad económica. Entonces lo que tenemos que hacer es mejorar este clima de inversiones, con todo lo que podamos. Este es un tema clave para la minería como señal, porque si no va a complicar. ( Pulso)