Región de Coquimbo apuesta por convertirse en un polo de innovación y emprendimiento

PABLO TIRADO
Desde La Serena

El sitio web de arriendo de propiedades Sinbad, la plataforma de inversión en propiedades Capitalizarme, o el pisco premium Waqar. Esos son solo algunos ejemplos de los emprendimientos de alto perfil que se han originado en Coquimbo, una región que busca su espacio en el ecosistema innovador chileno. A más de 450 kilómetros al norte de Santiago, y pese a que la región no es considerada «estratégica» para la economía -como sí los son Antofagasta, Atacama, Biobío o Valparaíso-, desde hace unos cuatro años comenzó un movimiento emprendedor que ha sido potenciado por organismos como Corfo o Jump Chile, el mayor concurso de innovación para universitarios que organiza la PUC y Sura y que es presentado por «El Mercurio».

Desde la zona han resultado ganadores de dicho programa startups como intAr21, una aplicación creada para la enseñanza de niños con síndrome de Down o Arropa Chile, un banco de ropa que entrega vestuario de calidad a personas de escasos recursos y que, además, las ayuda a fabricar prendas y accesorios con los atuendos en mal estado. «Uno de los problemas de la región es que hace falta transferencia de conocimiento, y ahí Jump Chile apoya mucho. Además, está el tema de las redes, porque una parte importante de todo ecosistema son los inversionistas, y acá no hay muchos», comenta Rodrigo Arredondo, académico de la Universidad Católica del Norte (UCN), casa de estudios que junto a la Universidad de La Serena (ULS) trabajan para desarrollar el ecosistema regional.

Proyectos a la vista

En la ULS, por ejemplo, tienen una oficina de emprendimiento que trabaja en distintos proyectos que buscan fortalecer la innovación. Para este año -cuenta Orlando Robles, su director-, los planes son sacar adelante dos academias, orientadas a fortalecer el emprendimiento en la educación superior. «Es un esfuerzo sin precedentes en la región, porque no existía un entorno colaborativo a este nivel. La idea es establecer diálogos directamente entre los alumnos y generar sinergias dentro de sus competencias, y también vínculos con las autoridades locales», explica. El otro proyecto es la creación de una red de mentores a la que pretenden sumar a los líderes más exitosos de la zona, para que ayuden con su experiencia a los jóvenes.

En la UCN, en tanto, además de crear una malla curricular nueva en la que se pone énfasis en el emprendimiento a través de ramos obligatorios, están trabajando en un proyecto junto a la fundación Del Río Arteaga para instalar un espacio de coworking , que hoy es una de las falencias.

Emprender desde la región

Si emprender en Santiago es difícil, hacerlo desde provincia es mucho más. Rafael Quezada, fundador de la startup Evoluzion, que se dedica al turismo social en la zona, cuenta que a pesar de que intentaron coordinar el negocio desde el norte chico, finalmente su socio se vio obligado a instalarse en Santiago. «Ya lleva ocho meses allá, porque nos dimos cuenta de que aquí las cosas no funcionaban al ritmo que necesitábamos. En ese sentido, creo que hay que tratar de buscar un mecanismo para llevar más gente a regiones, para hacer networking , por ejemplo», plantea.

La experiencia de Joaquín Morey ha sido parecida, ya que para recibir mentoría para su proyecto intAr21 debe viajar a Santiago. «Ese proceso de mentoring nos ha servido mucho, y creo que si más emprendedores locales tuvieran acceso a ellos, habría un gran cambio», agrega.

Oportunidades y falencias

Falta de contactos y de recursos son algunos de los principales escollos con los que se encuentran hoy a la hora de emprender. Las falencias, eso sí, no son tan distintas a las de todos los emprendedores del mundo. «El tema de la innovación es complejo abordarlo desde el punto de vista regional, porque las necesidades no son las mismas que las que demanda Santiago. De pronto falta traer algunas cosas que se están haciendo en otras partes e implementarlas», dice Andrés Álvarez, director de Ingeniería en Administración de Empresas de la ULS, quien es uno de los líderes en innovación y emprendimiento dentro de esa casa de estudios.

En una línea similar, Carlos Varas, también académico de la ULS, explica que en la región se privilegian proyectos más ligados a los recursos hídricos, energía o agricultura y que, por lo mismo, cuesta encontrar espacios -y financiamiento- para otros ámbitos. «En el plano positivo, creo que se está dando un salto fuerte para entender el emprendimiento desde el punto de vista de la metodología. Hasta hace poco eran puras charlas, y hoy hay un enfoque en temas metodológicos, como validar temprano», comenta Varas.

Para Karla Soria, secretaria docente de la Escuela de Ciencias Empresariales de la UCN, otro de los puntos débiles de la zona -así como de otras en el país- es la edad en la que se está emprendiendo, que es muy alta. «Necesitamos más emprendimiento de jóvenes; ojalá que empiecen a los 19 años para que si fracasan no sea tan difícil levantarse y para que así tengan experiencia. Ahí Jump Chile, por ejemplo, es muy visionario, porque trata de cubrir esto impulsando a los niños a emprender en la universidad», indica.

A ojos de los emprendedores y académicos de la Cuarta Región, emprender fuera de Santiago también tiene sus beneficios, principalmente por el lado de la cercanía y del tamaño del ecosistema. «La forma en la que llegas a alguien influyente acá es más corta: en un día se puede reunir a todos los actores, por ejemplo. Creo que la cercanía con la autoridad pública es importante, y también por la facilidad de formar redes», dice Cristian Morales, director de la Escuela de Ciencias Empresariales de la UCN.

Así, pese a todas las adversidades que se pueden encontrar a la hora de emprender desde la Región de Coquimbo, el ecosistema entero parece estar dispuesto a intentarlo. «Creo que las dificultades se pueden convertir en algo positivo. Si bien en Santiago hay más mercado y más dinero, acá hay más cosas para hacer y más oportunidades para emprender», dice Karen Vargas, jefa de carrera Ingeniería Comercial de la UCN.

UNIÓN

Los diferentes actores de la Cuarta Región se han propuesto trabajar juntos para mejorar su ecosistema.( El Mercurio)

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