Ministro de Energía explica nuevo rol de Enap en el sector

El resultado financiero de Enap en 2014, el mejor de los últimos cinco años, permite ver con optimismo su futuro.

Este desempeño da cuenta de la situación en que se encuentra la empresa para enfrentar un nuevo desafío: convertirse en socio de nuevos actores que están viendo cómo entrar al mercado de generación eléctrica local. He seguido con atención las críticas que algunos se empeñan en instalar con respecto a este nuevo giro de Enap.

Con anterioridad escuchamos un discurso contra las energías renovables, contra el GNL, contra cualquier iniciativa que significara aumento de la competencia en la generación eléctrica. Pero es indudable que las empresas productivas del país no están preocupadas de una discusión ideológica como la incentivada por quienes se oponen al fortalecimiento de Enap, sino que les importa que el Estado haga lo suyo para bajar los costos de la electricidad que les resta competitividad.

No estamos hablando de un Estado interventor y voraz ni menos de establecer subsidios ineficientes a la industria de la energía, sino de una instancia estratégica y mediadora que genere mayor competencia en este mercado.

El país no merece que se revivan artificialmente fantasmas del pasado.

Ni que se instalen mitos falsos, como que Enap es una empresa monopólica.

También resulta pertinente aclarar que este gobierno tiene contemplado capitalizar a Enap al tiempo que inicie la tramitación del proyecto de Gobierno Corporativo, para lo que se ha fijado un plazo que se cumple en el primer semestre de 2016.

En otras palabras, los buenos indicadores que mostró Enap en 2014, con un alza de 15% en sus utilidades llegando hasta US$ 157 millones y un Ebitda de US$ 621 millones, son fruto de la buena gestión de la compañía.

El patrimonio de la compañía se incrementó en un 136%, pasando de los US$ 231 millones de 2013 a US$ 546 millones y la relación deuda/patrimonio fue de 6,7 veces, que se compara con la cifra de 14,9 veces que la petrolera estatal arrojó en 2012.

La fragilidad financiera de Enap ya no es un argumento posible.

Algunos críticos incluso se han aventurado a calcular que el ingreso de Enap al rubro eléctrico costaría US$ 1.000 millones. Eso es pura especulación.

El único proyecto que la estatal mantiene a firme es una cogeneradora en Concón, cuyo costo de construcción es de US$ 120 millones y estará terminada en 2017.

Los otros dos proyectos en carpeta, ambos a GNL y conocidos por el mercado, se llevarían a cabo siempre con un socio que aporte significativamente a su financiamiento, los construya y participe en su puesta en marcha y operación.

Es hora de que quienes participen en este debate lo hagan de forma veraz y con información fidedigna.

El interés de Enap es viabilizar proyectos que pueden convertirse en una contribución importante al proceso de licitaciones que se llevará a cabo entre los años 2015 y 2018.

Enap debe contribuir a generar mayor competencia en este mercado y asegurar un menor costo de la energía para todos los chilenos.

El interés mostrado por actores de talla internacional por ser socios de Enap, indican que vamos por el camino correcto.

El debate siempre será sano en nuestra convivencia.

Pero invito a que lo hagamos sin dramatizar ni polarizar los argumentos y a trabajar para tener un mercado más amplio y diverso, reducir las tarifas de la luz y mejorar la competitividad y productividad de nuestras pequeñas y medianas industrias.( El Mercurio)

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