Situar a la población en áreas que estén lejos de los riesgos de desastres naturales será una de las tareas fundamentales que tendrá el Ministerio de Vivienda cuando comience la etapa de reconstrucción en las regiones afectadas por los recientes aluviones.
Al respecto, la titular de la cartera, Paulina Saball, tras haber visitado la región de Atacama, comentó que “al igual que en Valparaíso, nosotros no vamos a permitir la construcción de ninguna vivienda con apoyo del Estado en zonas de riesgo”.
La ministra Saball precisó que en el caso de la Región de Atacama, “vamos a tener que generar una oferta de nuevas viviendas, porque hay varias localidades o sectores donde no se va a poder reconstruir, porque quedaron arrasados por el agua y el lodo y son zonas de riesgo”. La secretaria de Estado agregó que “por ejemplo, en lugares como El Salado, en algunas partes de Paipote y del borde costero de Chañaral, hoy tenemos que repensar si se pueden volver a ocupar”.
Sobre las tomas irregulares, la ministra dijo que aquellas que se ubicaban en “vías aluvionales no se podrá permitir la reconstrucción. Esas personas se tendrán que albergar en construcciones nuevas en lugares que sean seguros”.
En esta misma línea, la ministra reforzó la necesidad de actualizar los instrumentos de planificación territorial, incorporando las zonas de riesgo y la revisión de la normativa para facilitar medidas de prevención.
En cuanto a las viviendas afectadas en las tres regiones, Saball indicó que se continúa confeccionando el catastro para definir los daños, así como también el deterioro de la infraestructura pública. “Estamos haciendo un catastro doble, el de la situación de cada una de las viviendas que es de propiedad de una persona, pero también de la infraestructura sanitaria, que es donde están emplazadas esas viviendas, como redes sanitarias, calles y espacios públicos”, aseveró la autoridad.
Cambios
Respecto a la relocalización de inmuebles afectados, el alcalde de Chañaral, Héctor Volta, indicó que “por ningún motivo se volverá a construir en el borde costero, si se permite, tendríamos dos peligros inminentes: primero el aluvión y segundo un posible tsunami. Tenemos que ubicar a la gente en lugares seguros y altos”. Asimismo indicó que se está trabajando en un Plan Maestro para Chañaral, que contempla “cambiar de lugar algunas escuelas y crear un centro médico, pero situarlos en zonas netamente seguras, y todo lo que es la costanera, quedarían como un lugar turístico, con jardines, restaurantes, así como se hizo en Dichato después del terremoto”.
En la localidad de El Salado, se estudia la posibilidad de no construir en entorno al lecho del río. El decano de la Facultad de Arquitectura de la U. del Desarrollo, Pablo Allard, sostuvo que “uno de los desafíos más grandes en los procesos de reconstrucción post desastre es cómo evitar el desarraigo de la población que vive en zonas de riesgo”.
Para ellos, el experto aseguró que hay dos caminos: “La planificación y usos de suelo, donde efectivamente se regule para que no haya actividades residenciales en zonas riesgosas, y la segunda es construyendo infraestructura de mitigación, que reduzca el riesgo, como es la experiencia del borde costero en Dichato o Constitución”.
( Fuente: Chañarcillo )