En Altovalsol, un pueblo rural desconocido por muchos turistas, a solo 15 kilómetros de La Serena y en la entrada al mítico valle de Elqui, cuatro familias rurales son las anfitrionas de un tour singular.
Ofrecen cambiar las playas y su gentío, por una jornada silenciosa en la belleza de los cerros, disfrutar de la camanchaca y culminar al interior de una mina de cuarzo.
Lo idearon para grupos reducidos, de no más de ocho personas, por razones de seguridad.
Con apoyo del Municipio de La Serena, donde se realizan las inscripciones, la aventura parte en camionetas todoterreno y con un guía que no se despegará de los visitantes.
En Altovalsol, que es parada obligada, la mesa está puesta para gozar de un rico desayuno campestre, con churrascas (tortillas asadas), en medio de huertas, animales y un entorno cordillerano.
René Ramos, uno de los lugareños anfitriones, comparte con los turistas y les ofrece andar a caballo.
Quedan dos kilómetros de trayecto sobre ruedas entre cordones de la cordillera de la Costa, en que se aprecia la sorprendente flora desértica, de añañucas y cactus.
Al llegar a un cerco de piedras, parte la caminata de casi una hora, cerro arriba, hasta la boca del túnel del yacimiento de cuarzo, mineral al que se le atribuyen propiedades energéticas para la sanación del cuerpo y la mente.
La mina, a unos 800 metros sobre el nivel del mar, es un círculo pequeño encerrado por filosos muros. Andrés Robledo, delegado rural del municipio, explica que el yacimiento data del siglo XIX, cuando el ingeniero y empresario de origen francés, Carlos Lambert, «utilizaba el mineral para la fabricación del cobre que extraía desde la localidad».
En la mina se aprecia el cuarzo en su estado natural, con sus formas y matices. Los turistas, nacionales y extranjeros, al salir suelen decir que se han «energizado». Cada uno se lleva un trocito de cuarzo para atesorar esta experiencia.
UNAS 4 HORAS puede durar este desconocido tour ; 150 turistas han ido este verano. Cuesta $20 mil por persona.
( Fuente: El Mercurio )