Eliminar la contaminación es uno de los objetivos de Dust A Side Chile, empresa especializada en el control de polvo en faenas mineras. Y es por ello que trabaja solo con químicos, polímeros orgánicos, acrílicos y emulsiones degradables que son amigables con el medio ambiente y que no generan un riesgo a la operación ni a la salud de las personas.
La empresa posee una amplia gama de productos, cada uno con fines específicos, que permiten enfrentar el problema del polvo. Por ejemplo, emulsiones impermeables para caminos (no jabonosas ni corrosivas), tensoactivos espumantes con sistemas de supresión para correas y chancadores, surfactantes aglomerantes y sellantes para pretiles, laderas y tranques de relaves.
Ramón Rada Jaman, gerente general de Dust A Side Chile, destaca que más que los productos lo importante es la solución. «El control de polvo es una práctica de gran complejidad, cuya eficiencia y costo dependen de la condición operacional, características del agua, correcta compatibilidad de producto, tipo de material y clima, entre otros factores».
Dust A Side presta servicios en más de 100 operaciones en el mundo. En Chile, durante el 2014, las operaciones se concentraron en Minera Los Pelambres y Codelco El Teniente subterránea, además de un contrato de prueba de servicio en Anglo American Los Bronces y otro en Codelco, en la División Andina.
Sector minero
En Chile existe una legislación que sanciona la emisión de material particulado, por lo que todas las industrias contaminantes deben preocuparse de definir programas de control de emisiones, «sin embargo, en el país no hay una cultura de control de polvo. Se cree que regando agua se soluciona el problema», dice Rada.
Aunque existen casos destacables, asegura que son pocas las mineras que cumplen con la normativa por convencimiento y asignan valor a las externalidades positivas que generan. «Es un tema clave, ya que sin control de polvo, la productividad global de la mina se ve comprometida».
Explica que el material particulado en minería proviene de fuentes fijas bien definidas, móviles (vehículos en general) y difusas (caminos, chancadores, laderas, etc.). El polvo contiene material particulado de diferente tamaño, todos peligrosos para la salud de las personas y el medio ambiente (PM10 – 2,5 – 1 y sedimentable). «El 60% es generado por los caminos de faena, para lo que ofrecemos equipos y productos especialmente diseñados. Asimismo, diferentes servicio de nebulización y supresión en instalaciones para el 40% restante; desafío distinto al de los caminos».
Los productos y los servicios de Dust A Side están certificados. Cuentan con ISO 9001: 2008, para el Servicio Integral de Control de Polvo y Mantención de Caminos Mineros y se encuentra en proceso de implementación la ISO 14.001 y OSHAS 18.001. «Además, con orgullo, destacamos el Sello Excelencia en Relaciones Laborales otorgado por la Fundación Carlos Vial Espantoso».
Seguridad y calidad
La seguridad, calidad de los servicios y productos son esenciales para Dust A Side. La compañía se diferencia del mercado porque no contamina; asume los desafíos comprometiendo el resultado, y no vende productos, sino que los usa como parte de un servicio integral. «En cinco años de operación en Chile nuestra tasa de accidentabilidad es 0.0, lo que es fundamental en minería», sostiene el ejecutivo.
A su juicio, lo relevante del servicio de la compañía es que se cumpla con los indicadores de desempeño (KPI) definidos por la faena, para lo cual ha desarrollado sistemas de monitoreo y equipos especializados. «Nuestra solución permite reparar y mantener la carpeta sin interrumpir el ciclo productivo. Existen productos que, por su falta de flexibilidad y excesiva rigidez, generan explosiones en la superficie del camino, provocando cierres e interrupciones en el tránsito. Con Dust A Side esto no sucede, ya que es un proceso continuo. Asimismo, nuestras emulsiones no son higroscópicas ni corrosivas, por lo que no contaminan las capas inferiores del camino ni generan condiciones de resbalamiento garantizando la seguridad de la operación».
( Fuente: El Mercurio )