Chile y su institucionalidad geológica: Necesidades críticas en el Siglo XXI

La comunidad dedicada a las Ciencias de la Tierra es la encargada de proporcionar a la Humanidad y a los Estados el conocimiento, la experiencia y la inventiva para satisfacer las necesidades de la sociedad en relación con los recursos naturales, el medio ambiente, y la adaptación a los peligros naturales. Las Ciencias de la Tierra, también referidas como Geociencias, incluyen a las siguientes disciplinas: Geología, Geofísica, Geoquímica, Geografía, Oceanografía, Glaciología, Ciencias del Suelo, y las Ciencias Atmosféricas.
El sistema Tierra consiste en una compleja interacción entre la atmósfera, la hidrósfera, la biósfera, y la corteza terrestre o Tierra sólida. En una civilización en continuo crecimiento, con una creciente demanda de recursos naturales y de alimentos, y en un contexto de rápido cambio climático, se hace cada vez más crítico incrementar el conocimiento geológico de nuestro territorio de manera integrada y multidisciplinaria.

Conjuntamente, se debe asegurar que este valioso conocimiento geocientífico sea considerado en las diversas políticas públicas que tienen relación con recursos naturales, energía, agua, medio ambiente, planificación del uso del territorio, peligros naturales, entre otros. Este conocimiento del sistema Tierra y su aplicación es esencial para lograr un real desarrollo sustentable en el siglo XXI.

Ante los aluviones que afectaron a la zona norte del país y en el momento en el que el país se apresta a dar socorro, albergue y a pensar medidas futuras para mitigar los efectos de este tipo de fenómenos, la Sociedad Geológica de Chile ha considerado pertinente exponer sus puntos de vista respecto de estas situaciones.

Adicionalmente, pretende divulgar la capacidad de los profesionales en el área de las Geociencias para determinar los riesgos y peligros inherentes en un país cordillerano como el nuestro, y proponer líneas de acción concretas que le permitan al Estado de Chile asegurar un desarrollo económico y social que considere una buena preparación y respuesta ante los peligros naturales.

La comunidad geocientífica cuenta con las competencias necesarias para afrontar los desafíos que estas situaciones imponen a nuestro país, incluyendo el conocimiento aplicado a la exploración y extracción de recursos naturales, la protección de la población y de las obras civiles e industriales, y la formación de las nuevas generaciones de profesionales y científicos que deberán continuar con esta misión.
Es necesario tomar en cuenta los estudios de planificación territorial existentes e intensificar su realización en las distintas regiones del país. Estamos convencidos que con determinados estudios y la aplicación de las recomendaciones resultantes, se podría evitar las enormes pérdidas materiales y en vidas humanas, como las producidas en las catástrofes recientes en el norte del país o en el último gran terremoto ocurrido en febrero del 2010. Sorprende observar como lentamente se van poblando y construyendo las áreas aledañas a las costas y a los cursos fluviales, cuando no está muy lejano el recuerdo de anteriores tsunamis y aluviones. A pesar de los informes que instituciones estatales, universitarias y de entidades civiles generan a continuación de cada catástrofe, estas situaciones son recurrentes y las autoridades pertinentes parecen no tener la capacidad de decisión para contenerlas.
Para ello es necesario disponer de sólidas y estables instituciones del Estado que permitan garantizar la generación de nuevos conocimientos sobre el comportamiento geológico de nuestro territorio, así como contribuir a la mejor educación de la población en estos temas. Es oportuno asegurar el funcionamiento efectivo de estas instituciones mediante la actualización del marco legislativo actual y la dotación de recursos para implementar las recomendaciones de los expertos en cuanto a los peligros inherentes de cada región.
Los principales peligros geológicos que amenazan al territorio de Chile son los terremotos, los maremotos o tsunamis, las erupciones volcánicas, los aluviones, las inundaciones y los deslizamientos de tierra. En relación con estos peligros, es necesario señalar que no sólo nos estamos refiriendo al mejor conocimiento de sus orígenes y efectos, sino también a la predicción y prevención de los daños que estos peligros conllevan.

El conocimiento y registro de sus efectos pertenecen al campo científico y profesional de las Geociencias, y su mitigación requiere, además, del concurso de otras disciplinas como la Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo, Ciencias Sociales, y de la participación de la Sociedad Civil. Ante estos desafíos, se requiere de políticas de largo plazo y de organismos públicos con recursos económicos y humanos adecuados, que les permitan afrontar estas delicadas e importantes tareas.

Esta condición plantea la necesidad de asegurar por parte del Estado de Chile una completa y eficiente cadena entre Educación, Ciencia, Tecnología, e Innovación. La población debiera ser capaz de comprender el entorno geológico en el que vivimos los chilenos, para lo cual es necesario mejorar los contenidos y conocimientos impartidos en los planes de estudio de educación preescolar y escolar. Igualmente, se propone desarrollar acciones destinadas a la divulgación geocientífica para el público general. Se recomienda de manera especial, fortalecer las instituciones de educación superior donde se forman profesionales y científicos competentes, así como los centros donde se realiza investigación en el área de las Ciencias de la Tierra. Las Geociencias debieran ser consideradas de carácter estratégico para el desarrollo de Chile, donde se encuentran unas de las mayores reservas de cobre y litio, y una de las mayores actividades sísmicas y volcánicas del mundo.
Adicionalmente, la Sociedad Geológica de Chile considera absolutamente necesario dotar al país de un Servicio Geológico Nacional moderno que pueda continuar y reforzar las tareas que hoy hace el SERNAGEOMIN, institución dependiente del Ministerio de Minería encargada generar información geológica y entregar asistencia técnica garantizando la seguridad de la población.

Una institución de este tipo es la encargada de asesorar con fundamentos sólidos a los distintos Gobiernos, y autoridades locales y regionales, para la toma de decisiones como aquellas relacionadas con los peligros geológicos y la planificación a futuro. Para ello sus tareas deben considerar, entre otras:

1) el reforzamiento de los levantamientos geológicos, tanto en tierra como en el mar que requiere el país;
2) la generación de mapas apropiados y oportunos para el ordenamiento territorial que apoyen la mitigación de los peligros naturales y la realización de estudios de impacto ambiental;
3) continuar con el monitoreo volcánico;
4) asumir la gestión y operación del Centro Sismológico Nacional, actualmente a cargo de la Universidad de Chile;
5) brindar asesoría científica y técnica a la ONEMI;
6) diseñar e implementar políticas que permitan asegurar la generación de conocimiento geológico, su aplicación y divulgación, y garantizar que este conocimiento sea utilizado efectivamente por las autoridades encargadas de la toma de decisiones políticas relacionadas con estas temáticas;
7) disponer de oficinas regionales que cuenten con equipos profesionales y técnicos apropiados para la realidad local de cada una de las distintas regiones del país, que geológicamente presentan profundas diferencias;
8) actuar como contraparte técnica y revisora de proyectos que generen potenciales impactos en la población desde el punto de vista de las Ciencias de la Tierra;
9) compilar y centralizar parte importante de la cuantiosa y valiosa información geológica producida continuamente por empresas mineras en el país, y que muchas veces se pierde irreversiblemente; y
10) desarrollar actividades de educación y divulgación de las Geociencias para la población.

En un país como Chile, que tiene una naturaleza tan pródiga en recursos naturales y que, a la vez, puede ser tan destructiva, estos aspectos adquieren una relevancia muy particular, especialmente si una de las metas que se propone es cruzar el umbral del desarrollo el año 2020. Considerando la gran relevancia de las características geológicas del territorio nacional, recomendamos al Gobierno y al Congreso Nacional de Chile reformar y modernizar el actual Ministerio de Minería, transformándolo en el Ministerio de Geología y Minería.

Bajo su dependencia, se recomienda crear la Subsecretaría de Geología –de forma análoga a la Subsecretaría de Minería- la cual tendría la misión de garantizar el óptimo funcionamiento del Servicio Nacional de Geología y asesorar a todos los ministerios que requieren información geológica, como son Interior, Energía, Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente, entre varios otros.

Fuente: Sociedad Geológica de Chile
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