Breve historia del fin de una era en SQM

Julio Ponce dejó este viernes SQM. Cedió a las presiones, pero exigió condiciones a su contraparte PCS. En las últimas cuatro semanas, negoció junto a su hermano y hasta viajó a EE.UU. a hablar con minoritarios.

Julio Ponce resumió en una frase las razones para abandonar la presidencia y el directorio de la Sociedad Química y Minera de Chile el viernes pasado, tras 28 años al mando de la compañía que sigue controlando: “Para mí, lo más importante es el futuro de Soquimich”, afirmó en una breve comparecencia ante la prensa tras terminar la junta ordinaria de accionistas, que comenzó a las 10.15 y terminó justo al mediodía. Cuando dijo lo que dijo, Ponce ya no era presidente ni director de SQM, la junta había aprobado una mesa de ocho integrantes con cinco nuevas incorporaciones y el directorio se alistaba a nominar, poco después, a Juan Antonio Guzmán como sucesor del histórico timonel del mayor productor mundial de yodo, litio y fertilizantes de especialidad.

Ponce cedió a las pretensiones del resto de los accionistas tras concluir que su presencia en SQM dañaba la compañía. “Había fuego graneado. Mejor era dar un paso al costado y que la empresa recuperara valor”, sostiene un cercano al empresario. Un accionista compara las dos últimas contingencias de Ponce al mando del grupo SQM: si el caso cascadas -por el que fue acusado de transacciones bursátiles irregulares- no afectó el activo principal bajo su control, el escándalo por boletas y facturas cuestionadas entre 2009 y 2014 dañó la cotización de SQM.

Y la recomposición de relaciones entre los accionistas anticipaba la recuperación: el precio de SQM-B saltó 7,75% el jueves, un día después de que PCS y Pampa Calichera -controlada por Ponce- anunciaran una lista de ocho candidatos para el directorio, en el que por primera vez desde 1987 él no figuraba. Su salida se había comenzado a fraguar desde hace más de un mes, cuando los tres directores de PCS patearon la mesa.

La peor semana en Bolsa

El lunes 16, el directorio de SQM removió por unanimidad al histórico gerente general de SQM, Patricio Contesse González. El directorio discutió ese día otro asunto: entregar o no la información contable del período 2009-2014 que estaba requiriendo la fiscalía. La mesa se quebró: cinco directores dieron la razón a un reporte que pocos días antes se había encomendado a Gabriel Zaliasnik, mientras los directores de PCS se amparaban en un informe anterior, preparado por Puga Ortiz, que recomendaba entregar la información a la fiscalía. Al día siguiente, Wayne Brownlee, Alejandro Montero y José María Eyzaguirre renunciaron a la mesa mediante una carta que al anochecer entregó el notario Patricio Raby en las oficinas de SQM.

Los directores de la canadiense fueron liderados en su ofensiva por Eyzaguirre, socio del bufete Claro & Cía. Eyzaguirre fue el único de PCS presente ese lunes 16; Montero se conectó por teléfono desde Estados Unidos y Brownlee no participó. Pero los tres coincidieron en la necesidad de enviar esta señal: hicieron lo que pudieron y ya no había nada más que hacer. La salida de los PCS gatilló el miércoles 18 una caída de 17,05% de la acción, la mayor desde 1997, y con ello el mercado castigó el rompimiento. La acción no volvió a su nivel anterior (ver infografía) y alimentó el razonamiento siguiente: el problema reputacional de SQM le quitó un valor cuantificable a la empresa.

Con su renovado poder de negociación, PCS transmitió a Ponce que no volvería al directorio mientras él no abandonara la presidencia ni la mesa. Su presencia, argumentaban, afectaba a SQM.

Ponce estuvo desde un comienzo dispuesto a ceder: ofreció dejar la presidencia, pero no el directorio. PCS hizo ver que la salida de Ponce no era negociable y que estaba dispuesta, incluso, a no presentar candidatos y ceder sus votos a directores externos propuestos por los minoritarios. Ponce se convenció de que “debía llegar a una solución” con PCS, dice un asesor.

Las conversaciones fueron variadas en las últimas tres semanas. “Se barajaron como 20 fórmulas”, grafica, exagerando, un profesional al tanto de las discusiones.

Se barajaron otras opciones: por ejemplo, renovar completamente el directorio, que salieran los ocho actuales integrantes -además de Ponce y los tres de PCS, estaban Hernán Büchi, Juan Antonio Guzmán, Wolf von Appen y Patricio Contesse Fica- y se eligiera sólo a directores externos, independientes. Ponce incluso sondeó nombres. Pero la fórmula no fructificó.

Las conversaciones fueron directas: Wayne Brownlee, chief financial officer de PCS, por la canadiense; el propio Julio Ponce y su hermano, por el grupo controlador. Eugenio Ponce sabe tanto de SQM como el ahora ex presidente. Ingeniero mecánico, es el más antiguo en la empresa, está desde 1981 y ocupa ahora el cargo de vicepresidente comercial. También está en todos los directorios de las cascadas que le permiten dominar SQM: Norte Grande, Oro Blanco y Pampa Calichera. Eugenio tiene otra virtud: habla inglés mucho mejor y de modo más fluido que su hermano mayor. Incluso, entre los minoritarios se creyó en algún momento que este Ponce podría suceder al otro Ponce en la presidencia de SQM. La opción fue otra.

Ambos viajaron a Nueva York a negociar durante la semana pasada y se contactaron con Sailing Stone, el tercer accionista relevante de SQM, con casi el 8% de la compañía y el 15% de la serie B. Sailing Stone pidió, tras la remoción del gerente, la salida de Ponce. El fondo también estuvo en conversaciones permanentes con PCS, propuso el 14 de abril al candidato electo de la serie B, el experto en gobiernos corporativos Edward J. Waitzer, y sus representantes vinieron en persona a la junta de accionistas del viernes. Uno de sus ejecutivos, Martin Engel, llegó a Santiago el jueves y abandonó el hotel Ritz el viernes.

La moneda de cambio

José María Eyzaguirre ha representado en Chile a grandes multinacionales. Hasta 2014 fue director de Lan Airlines y Wal Mart Chile, dirigió el aterrizaje en Chile de AES en Gener y acompañó a Anglo American en su disputa con Codelco. Al directorio de SQM llegó en 2001, y aunque tuvo fricciones iniciales con Ponce, sus relaciones se normalizaron con los años. El quiebre volvió este año. Ponce, según cuenta un cercano, sintió que Eyzaguirre pudo jugar un rol distinto y que aprovechó su repentina debilidad para debilitarlo más.

Aunque Ponce ya había tomado la semana pasada la decisión de abandonar la compañía -y replegarse en las mesas de las sociedades cascadas-, mantuvo las conversaciones con PCS hasta el miércoles en la tarde, poco antes de anunciar los ocho nombres definitivos. Su última condición fue que Eyzaguirre no regresara a la mesa. La canadiense, que tenía previsto su retorno, decidió acceder para conseguir un bien mayor, la renuncia del controlador de SQM. Así, PCS renovó por completo sus representantes, retiró a tres directores ya desgastados en la batalla y nominó a tres altos ejecutivos de la canadiense, tres especialistas en las materias que PCS quiere supervisar. Joanne Boyes, directora senior de reporting, finanzas y cumplimiento; Roberto Kirkpatrick, vicepresidente legal, y Arnfinn Prugger, vicepresidente técnico. Uno en cada segmento: auditoría, leyes y operaciones.

“El rol de Joanne Boyes será el mismo que el resto de los miembros del directorio: supervisar la dirección estratégica de la compañía. Dado que ella es experta en finanzas, obviamente tendrá un interés particular en el reporte financiero y en los controles internos de la compañía”, comentó desde Canadá Randy Burton, director de comunicaciones de PCS. Kirkpatrick asumió roles claves y se integró al recién creado comité de gobierno corporativo y al estratégico comité ad-hoc que investiga las irregularidades pasadas.

Eyzaguirre, en tanto, seguirá siendo el abogado de la compañía. De hecho, su estudio representó el viernes a PCS en la junta de accionistas. Burton lo agradeció así a Eyzaguirre y Montero: “Ellos han mostrado un fuerte liderazgo bajo circunstancias complicadas y PotashCorp está extremadamente agradecido por las valiosas contribuciones que hicieron a lo largo de los años”, dijo al diario Pulso.

La nueva empresa

La elección del nuevo presidente también fue consensuada entre los accionistas. Juan Antonio Guzmán, ingeniero industrial y químico de la UC, ex ministro de Educación, ex gerente de Gener y ex director de Polpaico, CGE, Sonda, era uno de los tres que renovó Ponce, además de Büchi y Von Appen. Y sacó a Contesse Fica, hijo del ex gerente. Aunque Ponce había propuesto como presidente a Von Appen, Guzmán generaba más adhesión entre los otros accionistas: lo consideraban más independiente de Ponce y con más atributos para lo que viene. Ponce se convenció de ello. Se requiere un carácter fuerte para meses que no serán fáciles. Partiendo por el jueves 30 de abril, cuando la Fiscalía Nacional formalice al ex gerente Patricio Contesse y pida, probablemente, su prisión preventiva.

Por su parte, el nuevo mandamás ejecutivo, Patricio de Solminihac, ha intentado por todas las vías mostrarse independiente y hasta distante de Ponce y Contesse y ahora deberá comprobar si aquello ha sido suficiente para mantenerse en el cargo. Accionistas de SQM dicen que el gerente ha tomado decisiones para demostrar su independencia y que presionó por un cambio en el directorio que, en definitiva, beneficiará a SQM.

Y Ponce seguirá siendo el controlador de SQM y se mantendrá en los directorios de las cascadas, aunque esta semana impulsó otras señales, consistentes con su salida de SQM: Aldo Motta, acusado por la fiscalía por el caso cascadas, dejó de la gerencia general de Norte Grande y Calichera. “Esto produjo heridas y resquemores”, dice un asesor que admite que para Ponce no fue fácil dejar el cargo que ocupó casi 30 años. Quizás lo mismo entendió PCS, que el viernes escribió: “Potash también extiende sus agradecimientos a Julio Ponce por sus años de servicio en el directorio”.
Fuente: La Tercera/ Víctor Cofré

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