El último Indicador Mensual de Confianza Empresarial alcanzó un valor de 50,16 puntos al cierre de junio, representando el cuarto descenso.

En alerta. Así están los empresarios y ejecutivos tras el último Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE), que prepara Icare en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez, el que alcanzó un valor de 50,16 puntos al cierre de junio. Se trata del cuarto descenso y se ubica justo por sobre los 50 puntos que marcan la paridad entre expectativas pesimistas y optimistas.

La cifra, según Juan Pablo Medina, académico de la Escuela de Negocios de la UAI, es «coherente con la pérdida de dinamismo de la actividad y demanda durante el presente año, el IMCE ha continuado una senda de menor confianza para los negocios y las inversiones».

La confianza varía según el sector económico que se analice. Comercio y minería muestran señales optimistas (con índices por sobre los 50 puntos), industria y construcción están pesimistas (por debajo de 50). Respecto del mes anterior, Comercio e Industria presentan una disminución en sus niveles, mientras que, construcción y minería experimentan un aumento.

Sobre esto, Medina, en entrevista con el diario El Mercurio, indica que «este comportamiento podría originarse en el recrudecimiento de la llamada ‘guerra comercial’ entre China y Estados Unidos, y las débiles cifras económicas nacionales conocidas durante la primera mitad del año. A lo anterior se suma la corrección a la baja en el crecimiento esperado para este año por el Banco Central”.

El problema, según los resultados de este estudio y de los entregados en meses anteriores, es que parece que la confianza no mejorará: «Es importante notar que factores cíclicos favorables, tanto internos como externos, observados después de la crisis financiera del 2008-2009 parece que no volverán a repetirse en el futuro cercano», dice Medina, de la UAI y agrega que «con ello, una mejora en las perspectivas empresariales dependerá de cambios más estructurales y persistentes en el ambiente de negocios de la economía que logren impulsar el producto potencial».

Entre las variables individuales que conforman el IMCE, las presiones de salarios aumentaron levemente con respecto al mes anterior, contario a las presiones sobre empleo las cuales disminuyeron. Las inversiones planeadas se encuentran bajo el mes pasado (-1,0 puntos inferior), y la producción esperada se ubicó en 69,2 puntos. El uso de la capacidad instalada disminuyó en 0,3 puntos con respecto al mes anterior. La inflación esperada se ubica en 2,9%.

La demanda actual se ve restrictiva (menor que el mes anterior, en 0,6 puntos), los inventarios sobre el nivel deseado (sobre el mes anterior), las presiones de costos aumentaron, la situación general del negocio se encuentra en niveles optimistas (65,0), menor al mes pasado, y la apreciación general sobre la economía chilena se ubica en niveles optimistas, con 59,2 puntos.