Acto simbólico embargó de recuerdos a las cientos de personas que concurrieron. Además compartieron una chocolatada organizada por ex alumnos de la Escuela Industrial San José
Chuquicamata, 24 diciembre del 2018.-
A un costado de la plaza Los Héroes, las y los chuquicamatinos que llegaron al ex campamento vivieron un emocionante momento con el encendido del árbol de Navidad, donde Chuquicamata se llenó de color y nostalgia.
La transformación de Chuquicamata recoge la historia y esto es parte de ello. Así, las personas que concurrieron a Chuquicamata, rememoraron tradiciones que marcaron la vida en comunidad y el espíritu de unión que aún mantienen las y los habitantes del ex campamento.
Reunidos en torno a la estructura metálica con forma de pino, que acostumbraba tener juguetes colgados en sus ramas, las y los visitantes apreciaron alcancías de Chanchitos Juanito, camiones, pelotas y muñecas. Todo esto rememorando la tradición que comenzó en los años setenta.
“Es hermoso ver cómo se enciende este árbol, con él se vienen a la mente muchos recuerdos de la época, de cuando vivíamos en el campamento. Es emocionante, es nostálgico” dijo Gabriela Cortés, Chuquicamatina que viajó desde Arica especialmente para este momento.
Recuerdos
Así también lo mencionó José Rivera, “Hay sentimientos encontrados, haber nacido acá, haber compartido con tantos la niñez, la adultez y tantos años de trabajo. Es un recuerdo muy profundo, que es inolvidable. Lo más hermoso es que fue un campamento tranquilo, donde cada uno tenía la motivación de prosperar. Ver el encendido del árbol nos hace recordar la época de los gringos”.
Los turistas que también llegaron al lugar se sumaron a esta emotiva tradición y se acercaron para tomarse una foto con el pino y las incontables luces de colores que ambientaron el lugar.
María José Carrasco, quien visitó el campamento y destacó el patrimonio cultural y arquitectónico de Chuquicamata comentó “Es muy bonita la oportunidad de venir y conocer la historia, es mágico el lugar”.
Así también Paula Ogaz, quien acompañó a su emocionada madre expresó que “está todo solitario y es extraño, estar en el árbol, el pesebre es emocionante. Una vez al año se revive todo, es como un viaje en el tiempo, por eso se entiende que los que vienen tienen ese deseo de volver”.
La jornada finalizó con una chocolatada con un Viejito Pascuero que entregó obsequios a los niños y niñas presentes, todo esto organizado por los ex alumnos de la Escuela Industrial San José quienes también quisieron revivir las actividades y tradiciones que se practicaban en la época de oro del ex campamento.