Las ciudades más pequeñas la están llevando en innovación energética

   

El mundo de la energía se está transformando rápidamente, y las ciudades adoptan estrategias descentralizadas de cero carbono a nivel local. Según el estudio «Energy transition framework for cities: mid-size cities leading the way», de DNV GL, si bien se ha prestado una atención significativa a las megaciudades del mundo, las urbes más pequeñas están demostrando ser centros ágiles para la innovación energética.

Este informe destaca las mejores prácticas relacionadas con la sostenibilidad, la acción climática y la resiliencia.

El análisis examina diez de las ciudades pioneras del mundo como Palo Alto y Santa Mónica en Estados Unidos, Bristol y Groninger (Países Bajos) en Europa, Curitiba en Brasil, Melaka en Malasia, o Abu Dhabi en Emiratos Árabes Unidos, y destaca sus mejores prácticas relacionadas con la sostenibilidad, la acción climática y la resiliencia a medida que las ciudades pasan de una economía energética basada en combustibles fósiles a un futuro más seguro, inteligente y ecológico.

El estudio toma 7 dimensiones para el análisis: gobernanza, predicar con el ejemplo, uso de energías limpias, proveedor de energías sostenibles, innovación en smart city, financiamiento de la innovación, y comunidades resilientes.

Así, las diez ciudades estudiadas muestran una gran fortaleza en cuanto a gobernanza sostenible, que hace hincapié en la planificación mediante unos objetivos establecidos con respecto a la reducción de emisiones, un seguimiento de estas emisiones y un plan de sostenibilidad y acción frente al cambio climático, entre otros aspectos que mide el informe.

En este sentido destacan los objetivos de reducción de emisiones que se han propuesto estas ciudades, como Adelaide (Australia) cuya meta es ser una ciudad libre de emisiones CO2 en 2025 o la estadounidenses Palo Alto, que quiere reducirlas un 80% para 2030.En cuanto a predicar con el ejemplo, en tanto, destaca el ejemplo de Curitiba, en Brasil, que a través de acciones pioneras en el reciclado, el transporte público y la iluminación, ha conseguido importantes cambios en el uso de la energía en toda la ciudad.

Curitiba fue la primera en desarrollar el concepto de autobús de tránsito rápido (BRT), que trata de combinar la velocidad del metro con la ausencia de obras de infraestructuras que requiere un autobús, y que hoy utiliza el 85% de su población y ha sido adoptado por más de 300 ciudades del mundo. Ahora están llevando a cabo la electrificación de la flota de autobuses que requerirá un 75% menos de energía que sus homólogos diésel.

El financiamiento
Los resultados del estudio muestran que la transición energética en las ciudades ya está ocurriendo y una de las cosas en común entre estas ciudades líderes en Smart City es su espíritu de colaboración y deseo de intercambios de aprendizaje con otras ciudades del mundo. Regionalmente, se vio que las ciudades europeas en conjunto están liderando el camino en la construcción de energía normas y divulgaciones. En otras partes del mundo, incluido Estados Unidos, ciudades individuales están liderando el camino al forjar sus propios caminos hacia delante sobre iniciativas de eficiencia energética y energía sostenible.

El gran problema, al parecer, tiene que ver con que, al parecer, las ciudades de tamaño medio tienen más problemas que las grandes para financiar sus proyectos energéticos o estos no se comunican adecuadamente para atraer inversores. De manera que es crítico para ciudades priorizar y comunicar las oportunidades de inversión para integrar mejor la energía limpia y financiar proyectos de sostenibilidad en la planificación general de la ciudad.

En particular, esta necesidad de alianzas público-privadas se extiende a la resiliencia de la infraestructura energética y las instalaciones críticas que pueden no ser del todo de su  propiedad u operado por el gobierno de la ciudad. Existe una oportunidad significativa para la industria, como servicios públicos, proveedores de productos y otros proveedores de energía, a comprometerse más profundamente con ciudades que claramente desean y  necesitan acelerar la transición energética para cumplir los objetivos globales de descarbonización.

Un ejemplo de nuevos modelos de negocio es el royecto «Tarsheed», lanzado el año pasado en Abu Dhabi, que se ha propuesto reducir el consumo de electricidad y de agua un 20% por cada habitante para 2030. Esta iniciativa trabaja de forma conjunta con los organismos de gestión de agua y electricidad de la ciudad y las compañías de distribución.

( El Mercurio)

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