A casi un año de asumir la gerencia general de Minera Los Pelambres, Mauricio Larraín —sucesor de Robert Mayne-Nicholls—, conversó con diario El Día en el marco de la aprobación de una de las inversiones más importante de MLP: el proyecto Infraestructura Complementaria (INCO) que significará una inversión de US$ 1.100 millones para el Grupo Luksic, controlador de la minera.

En esa línea, Larraín confirmó la creación de más de 3 mil puestos de trabajo para la etapa de construcción, que duraría un poco más de dos años, proceso que se iniciaría tentativamente a finales de este año, tras la consecución de permisos sectoriales.

Asimismo y al ser consultado sobre la factibilidad de Dominga y la experiencia de MLP en el abordaje de temas medioambientales y de comunidades, el ejecutivo fue enfático en sostener que los proyectos mineros deben ser sustentables, algo que ellos mismo han aprendido en el camino. “La empresa ha hecho un cambio bien importante en cuanto a un nuevo modelo de trabajo con comunidades, que es un modelo interesante y un referente en la minería. Nuestra convicción es que este es el camino correcto”, dijo.

La industria minera estuvo de capa caída en la región y el país durante 2017, sin embargo hace unos meses ha comenzado a recuperarse, ¿qué balance de las operaciones de MLP el año pasado?

“2017 fue un buen año para la compañía, cumplimos nuestras metas. En lo productivo, logramos un saldo de 343,8 mil toneladas de cobre fino y 10,5 mil toneladas en molibdeno. Esto en un escenario de minerales más duros y una menor ley, por lo tanto estas cifras significa una caída en relación a la producción del año anterior (2016). Y si bien la producción de cobre cayó 3,3%, está dentro de las metas que teníamos planificadas. Lo que sí destacó fue el tema de la seguridad. Hemos trabajado bastante fuerte en esa materia y valoramos el hecho de que no tuvimos fatalidades el año pasado, ni tampoco accidentes graves. Tampoco tuvimos incidentes ambientales importantes”.

– ¿Cuáles son las proyecciones para 2018 en términos de extracción?

“Para este año tenemos una proyección de producción en cobre fino de entre 345 mil y 355 mil toneladas. Y en el caso de molibdeno 10 mil y 11 mil toneladas, esto significa un leve incremento respecto de 2017. Vamos a tener niveles de procesamiento un poco más alto y eso se explica porque tenemos una condición de dureza levemente más positiva que el año pasado”.

– ¿Tienen proyectado introducir nuevos procesos de innovación a la operación?

“Hay varias que están siendo consolidadas. Una particularmente importante son sistemas de bloqueo que iniciamos el año pasado, cuando se hacen detenciones de equipos. El método permite bloquear a distancia la operación de una máquina en caso de emergencia, y no es necesario perder tiempos de desplazamiento en una situación así. Estamos también trabajando una cartera de proyectos de innovación que apuntan a mejorar los procesos productivos. Estamos investigando el uso de perforación asistida y remota, además preparando una renovación de la base tecnológica y comunicaciones que permitan potenciar sistemas a futuro.

Por otro lado, vamos avanzando en innovación en el ámbito de seguridad para generar condiciones de trabajo más seguro con elementos de protección personal en áreas de producción industrial”.

– ¿Se puede hablar de inversiones en este ámbito?

“En este minuto tenemos contempladas inversiones en renovación de equipos, por ejemplo estamos armando una pala de cable nueva, también estamos haciendo proyectos en mejoramiento de condiciones ambientales. Con todo, tenemos una cartera de poco más de 150 millones de dólares en proyectos de sostenibilidad para el año 2018, y dentro de esa cartera se incorporan los avances tecnológicos.

Por otro lado, lo más relevante es lo que pueda ocurrir con INCO. Tenemos una cartera bastante estable tanto a nivel de la mina como de la planta, donde ya estamos haciendo mejoras para sostener el nivel de producción”.

INFRAESTRUCTURA COMPLEMENTARIA GENERARÍA 3 MIL EMPLEOS

Si bien mucho se ha hablado del nuevo proyecto de Los Pelambres, INCO, Larraín vino a confirmar todas las proyecciones en cuanto a generación de empleo, fecha de inicio de la iniciativa y lo que se viene desde ahora en adelante.

En este sentido, destacar que la inversión será de US$ 1.100 millones para una infraestructura que incluye el reforzamiento del sistema de molienda de la concentradora y una planta desaladora, entre otros.

– En términos de cifras, ¿cuántos empleos generará finalmente la inversión?

“Se requerirían 3 mil trabajadores en la etapa de construcción. Un 30% de ellos sería mano de obra local. Es una cifra que hemos proyectado teniendo en cuenta que en este tipo de proyectos se requiere bastante especialización. Si podemos mejorar ese porcentaje, lo haremos, pero está sujeto a las especialidades que concurren, que muchas veces no están presentes en la región. En tanto, en la fase de operación se requerirían muchos menos empleos. Hay que tomar en cuenta que las operaciones nuevas van a requerir empleos sustancialmente menores a los que se crearán en la etapa de construcción.

Ahora, hay que tener en cuenta que el empleo indirecto que se está creando es importante. Si bien ahora aumentará, es algo permanente, ya que tenemos un abanico de empresas contratistas importantes. Esto apalanca los procesos”.

– ¿Qué queda por delante con INCO, en cuanto a permisos sectoriales, fecha de inicio de construcción y operación?

“Lo que está planeado es continuar en esta fase de consecución de permisos sectoriales, que son bastantes, más de 80 que hay conseguir, entre ellos de la Dirección General de Aguas, de construcción, de Sernageomin, etc. No tenemos la certeza total del período de inicio pues depende también de las autoridades que deben evaluar la otorgación de las autorizaciones. Todo esto debiera ser dentro de este y el próximo año y la etapa de construcción va a durar un poco más de dos años”.

– ¿Cuál es la nueva capacidad que viene a inyectar la infraestructura?

“Esto no cambia la capacidad máxima de procesamiento que Pelambres tiene aprobada, que es de 210 mil toneladas al día. El tema es que como las durezas del mineral aumentaron, la capacidad de moliendo mermó. El objetivo del proyecto es recuperar y sostener la capacidad que teníamos”.

LA IMPORTANCIA DE LA RELACIÓN CON LAS COMUNIDADES

Larraín también se refirió enfáticamente al camino recorrido por Los Pelambres en cuanto a la relación con comunidades. No está de más recordar que la empresa ha pasado por altos y bajos con la comunidad de Caimanes por problemas medioambientales y de afectación al medio de los habitantes del poblado. Algo que un principio se abordó con incentivos económicos, pero que de un tiempo a esta parte ha mutado a entender esta relación como sustentable en el tiempo.

– ¿En qué está la relación con Caimanes en cuanto a judicializaciones?

“Los juicios están prácticamente terminados. Existe un grupo minoritario que ha presentado recursos que han dilatado el cierre definitivo de éstos, pero eso no quita que como compañía estemos abocados a dar cumplimiento a cada uno de los puntos comprometidos en el acuerdo alcanzado con el 84%  de la comunidad de Caimanes y el Pupío en mayo de 2016, tema al que hacemos seguimiento sistemático al más alto nivel.

Sobre el plan de obras de agua, que busca asegurar el suministro tanto en cantidad como en calidad, llevamos un avance importante, con obras ya ejecutadas y otras en proceso de construcción.

En cuanto al plan de obras que busca dar mayor tranquilidad a los vecinos respecto a la seguridad del tranque, hemos completado en un 100% las obras asociadas a la habilitación de una zona de emergencia y estamos avanzando en la ingeniería necesaria para las otras obras comprometidas.

Finalmente sobre los fondos de desarrollo, a la fecha hemos cumplido con la entrega del 100% del fondo de desarrollo familiar y estamos en etapa de diseño e implementación de las iniciativas del fondo de desarrollo comunitario, las que fueron seleccionadas por la comunidad en un proceso participativo. Hemos ido avanzando positivamente en términos de compromisos que tenemos establecidos”.

– ¿Cuál es la importancia de trabajar con comunidades codo a codo, pasando de una estrategia asistencialista a efectivamente escuchar sus demandas?

“La empresa ha hecho un cambio bien importante en cuanto a un nuevo modelo de trabajo con comunidades, que es un modelo interesante y un referente en la minería. La idea es evaluar qué medidas podrían ser palanca de desarrollo para las comunidades. Queremos contribuir de manera sostenida al desarrollo y no a jugar un rol de resolver asistencialmente los problemas. Este modelo está siendo bastante efectivo.

Y es que hay varios temas de desarrollo que se pueden tomar: educación, emprendimiento, deporte, incentivos productivos. Un sinnúmero de iniciativas que promueven de manera más virtuosa el desarrollo. Nuestra convicción es que este es el camino correcto”.

CÓMO VEN DOMINGA DESDE LOS PELAMBRES

Al ser consultado sobre cómo ven desde la compañía el desarrollo del proceso de evaluación ambiental del proyecto minero portuario Dominga, y también cómo la misma empresa ha abordado la iniciativa, Larraín se refirió brevemente al tema, comentando que si bien cree que Dominga es efectivamente una palanca importante para el desarrollo regional y nacional, “también hay que hacerlo en un marco de adherencia regulatoria y sustentable. En nuestro caso, por ejemplo, contribuimos a la producción de agua desalada. En todo caso sería imprudente emitir una opinión sobre el tema”, concluyó.