«Hay varias empresas interesadas en manufacturar el litio en Mejillones»

 

Varios de los proyectos que actualmente están en carrera para adjudicarse parte del 25% de la producción de litio de Albemarle y agregarle valor en territorio nacional se emplazan en Mejillones. Así lo adelantó el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, quien destacó la transformación productiva que este proceso puede significar para el país y la región.

Bitran -quien hace unos días estuvo en Antofagasta con motivo de los análisis periódicos que realiza junto al Comité de Desarrollo Productivo Regional (CDPR)- adelantó además algunas de las regalías y beneficios que considera el acuerdo que actualmente afinan con SQM una vez despejado el tema del controlador.

Entre otras cosas, ese contrato estipula un aporte del 1% de las ventas de SQM Salar al Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Antofagasta (FNDR) y otro 0,5% al CDPR. Sólo en el primer caso, esa inyección de recursos podría incrementar el fondo en un 15%.

A Albemarle se le solicitó una cuota de hasta el 25% de su producción para vender a precios preferenciales a las empresas que agreguen valor al litio en territorio nacional ¿Se replicará eso con SQM?

-Eso también está considerado, en el mismo 25%.

¿Eso implica que habrá un nuevo concurso internacional para acceder a esta nueva cuota?

-Podremos complementar la licitación que se está desarrollando actualmente, aunque más bien es una convocatoria porque no es un bien público el que estamos licitando. Hay seis empresas que expresaron interés en instalarse en el norte y de éstos varios están pensando en Mejillones, entonces quizás vamos a tener más recursos para poder avanzar en esa línea.

SQM produce hidróxido de litio ¿Eso abre más oportunidades?

-Así es. Eso abre la entrada a otros productores que nos han pedido explícitamente hidróxido de litio, por lo tanto, 25% en Albemarle y el mismo porcentaje en SQM. Vamos a tener un crecimiento importante, porque el Salar de Atacama -sin extraer una gota más de salmuera- tiene un potencial enorme. Hoy en promedio, no se utiliza ni siquiera el 20% del litio que sale a superficie y la tecnología disponible permite llegar a niveles de entre 60 o 70%.

Entonces, lo que hay acá es la posibilidad de generar una nueva industria manufacturera de cátodos con energía solar, con litio y cobalto que hay en Atacama y Coquimbo… están todos los ingredientes para avanzar en manufactura impulsada por la revolución de la electromovilidad. Y esta región se va a llevar buena parte de esa torta.

¿Además de Mejillones hay proyectos en otras zonas de la región?

-Nos plantearon tres ubicaciones en el país: Iquique, Mejillones y Caldera.

Investigación

Bitran también detalló el avance que presenta la constitución del Instituto Solar Minero, organización que tendría sede en Antofagasta y que busca liderar el desarrollo de tecnología aplicada a la industria minera.

El contrato con Albemarle considera un importante aporte al Instituto Solar Minero ¿Eso se replicará con SQM?

-También habrá aportes para investigación y desarrollo. Para desarrollar todo lo que tenga que ver con minería y energía sustentable. Esa triada, de energía solar, principal distrito minero metálico del mundo con cobre bajo en emisiones -que es lo que requiere la industria automovilística europea-, litio y ahora sumamos el cobalto… nos da una oportunidad única de transformación productiva. Pero para aprovecharla tenemos que cambiar la minería.

¿Cómo avanza constitución del instituto?

-Muy bien, estamos en proceso de constituir la corporación. Vamos a hacer una convocatoria a empresas para que se sumen a este desafío: minería industrial baja en emisiones para el norte de Chile. Nos es gratis, se estructuran «joinlabs» donde colaboran las empresas en investigación y desarrollo. También van a participar del directorio entidades académicas como la Universidad de Antofagasta y Católica del Norte, ésta va a ser una institución muy parecida a las «catapults» inglesas, que son corporaciones sin fines de lucro que trabajan estrechamente con el sector productivo, que tienen fuertes vínculos con el mundo académico, pero están fuera de la universidad y tienen una misión distinta a éstas, en el caso de este instituto -que contará con un financiamiento basal de entre US$7 millones y US$8 millones anuales- será avanzar en generar una minería baja en emisiones.

¿Están definidas cuáles serán sus áreas de investigación?

-El primer nodo -que será liderado por la Universidad de Antofagasta- está apuntado a resolver los problemas de la energía fotovoltaica, la alta radiación que hace que los materiales se deterioren… y tienen un mandato, en 10 años deben tener un sistema de aseguramiento de calidad y llegar a un costo de US$15 por MW/h. Y un segundo pilar será crear el gran laboratorio para la transformación de los vehículos de la minería para sustituir el diesel por hidrógeno que puede producirse acá a través de la electrólisis y -con esos costos- a menor precio.

¿Cuándo y dónde estará constituido y operando el instituto?

-El mejor lugar que hemos encontrado para la instalación de las plantas piloto es cerca de María Elena, un terreno de Bienes Nacionales aledaño a la Estación Crucero. El Consejo Corfo debe aprobar la asignación de recursos por lo que no estoy seguro que lo alcancemos a hacer durante lo que queda de este gobierno, pero tengo la confianza en que esta visión es compartida y que Antofagasta cree en esta posibilidad de transformación dramática. Este va a ser como nuestro viaje a la Luna, pero con los pies bien puestos en la tierra.

«Tengo confianza en que esta visión es compartida y que Antofagasta cree en esta posibilidad de transformación dramática. Éste será nuestro viaje a la Luna, pero con los pies bien puestos en la tierra».»( El Mercurio de Antofagasta)

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