Académico UNAB analiza la minería chilena y sus desafíos en el siglo XXI

La minería ha mantenido un rol clave a lo largo de la historia de Chile, siendo un importante motor de desarrollo e, incluso, parte de la identidad nacional. El actual contexto de la industria y el mercado minero mundial ve involucradas temáticas emergentes que son recogidas en una investigación de largo aliento realizada por Fernando Acosta, director de Ingeniería Civil en Minas de la Universidad Andrés Bello, y que plasma en el libro recientemente publicado «Chile: La minería en el siglo XXI. Dónde estamos, hacia dónde vamos».

Junto con reunir exhaustivos antecedentes, el autor realizó entrevistas a distintas autoridades del rubro y del ámbito de políticas públicas. Así, uno de los temas centrales es un análisis del cobre en comparación a otros commodities (como el acero o el petróleo), su importancia para el país, para la innovación y la economía circular. Haciendo una revisión en términos de producción y desarrollo económico, se muestra la evolución del mercado en los últimos veinte años. Asimismo, uno de los ejes principales del libro corresponde a energía, sustentabilidad y medio ambiente en el contexto del cambio climático. Utilizando como referencia estadísticas y estudios de paleoclima, se destaca el potencial de Chile como promotor de energías renovables, siendo un país minero. «La energía eólica y solar han mostrado el mayor desarrollo en los últimos años, existiendo en Chile una cantidad gigantesca de materia prima; en particular, cobre, sus subproductos y litio», indica Acosta.

RELACIÓN CON LAS COMUNIDADES E INTEGRACIÓN DE LA MUJER

Según el profesor Acosta, el tema más difícil de resolver en la actualidad, y que en los últimos años ha cobrado cada vez más importancia, es la relación con las comunidades y la licencia social de operación. «Gracias a las redes sociales, la sociedad se está organizando y manifestando más allá de la comunidad vecina a la mina. Es una realidad que cambió la dinámica existente. En esa línea, el libro presenta propuestas de cómo acercar la minería a la gente, por ejemplo, a través del currículum escolar», dice.

Otro de los temas centrales es la participación femenina en esta industria. El autor va más allá de las cifras de integración y analiza la percepción que las mujeres tienen sobre la industria en términos de inclusión. En una encuesta realizada a estudiantes y profesionales de la minería por un lado, y niñas en edad escolar por el otro, se observó -por ejemplo- cómo entre las niñas se mantiene un imaginario de la minería asociado siempre a hombres y fuerza física, además de ambientes sucios y peligrosos. Así también, las estudiantes universitarias manifiestan sus dificultades al desenvolverse en un ambiente masculinizado. «A la minería le falta mucho para acercarse a grupos específicos de la población, y mientras no se dé ese paso, no van a entrar más mujeres a la industria», concluye Acosta.

En suma, este trabajo apunta a la idea de por qué el país debe entender la importancia de la minería más allá de su aporte económico y de empleo, proyectándose hacia el futuro de la industria.( El Mercurio)

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