Anglo American: Un siglo de transformaciones e innovación

Un siglo ha transcurrido desde que en 1917 Sir Ernest Oppenheimer fundara Anglo American Corporation, combinando sus inversiones de Inglaterra y Estados Unidos para desarrollar minería de oro en East Rand, Sudáfrica.

Desde entonces, la compañía ha experimentado una serie de transformaciones, incluyendo su expansión a los cinco continentes, hasta convertirse en una minera global y diversificada. Hoy, su cartera de negocios incluye platino, diamantes, cobre, carbón, níquel y hierro, con sus principales sedes corporativas en Londres y Johannesburgo.

Oppenheimer esperaba algún día aunar esfuerzos con la minera de diamantes De Beers. Y lo logró. A través del tiempo fue comprando acciones de esta empresa, hasta que en 1926 Anglo American se convirtió en la principal accionista de De Beers y Sir Ernest Oppenheimer en uno de sus directores. En 2011, Anglo American consolidó su control de De Beers con la adquisición de los intereses de la familia Oppenheimer, convirtiéndose así en accionista con una participación del 85% (el 15% restante pertenece al gobierno de la República de Botsuana).

 

Diversificación

 

En 1936, la compañía fundó Boart International para desarrollar nuevas formas de utilizar diamantes de inferior calidad previamente descartados. Esto se transformaría en una rama de producción completamente nueva para Anglo American.

En 1945, la compañía entró al negocio del carbón, al adquirir Coal Estates, alimentando así sus nuevos emprendimientos y la independencia energética de Sudáfrica.

En el transcurso de los años, Anglo American participaría en una amplia gama de negocios, incluyendo las industrias siderúrgica, maderera y papelera, automotriz, vinos, seguros y agroquímicos, entre otras, hasta centrarse exclusivamente en minería.

Durante gran parte de su historia, Anglo American fue reconocida como «la minera del minero», marcando el camino tanto en avances tecnológicos revolucionarios como en los aspectos sociales de la minería, que considera fundamentales para la sustentabilidad del negocio.

 

Nuevas geografías

 

La década del ’50 estuvo marcada por una gran cantidad de oportunidades y la creación de miles de empleos. En 1956, la compañía fundó en Johannesburgo el Adamant Research Laboratory, un laboratorio tendiente a promover la investigación e innovar en síntesis de diamantes.

La expansión fuera de las fronteras de Sudáfrica comenzó en 1961, mediante la inversión en la Hudson Bay Mining and Smelting Company de Canadá, que marcó el inicio de la ampliación de las alianzas estratégicas y la producción de zinc, cobre y metales preciosos.

Luego de expandirse a la Provincia Septentrional del Cabo, en 1966 De Beers abrió la mina de diamantes Finsch, yacimiento que entregaría algunos de los diamantes más hermosos del mundo.

La llegada a Sudamérica se produjo en 1973, con la apertura de una oficina en Río de Janeiro, Brasil, que luego daría origen a operaciones de oro, níquel, niobio y fosfatos y mineral de hierro en todo el país.

La presencia de Anglo American en Chile tiene su origen a comienzos de los ’80, con la adquisición de Mantos Blancos y Mantoverde -yacimientos que vendió en 2015- y una participación en Doña Inés de Collahuasi. Con la compra de Disputada de Las Condes, materializada en 2002, toma el control de los yacimientos Los Bronces, El Soldado y la fundición Chagres, operaciones que la compañía mantiene hasta hoy.

El espíritu emprendedor de su fundador ha llevado al Grupo a generar negocios y alianzas diversas, incluyendo en la actualidad a África, Australia, Asia, Europa, Norte y Sudamérica.

( El Mercurio)

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