El director de CEGA, Diego Morata llegó a la región para presentar el primer estudio sobre el potencial geotérmico de la región. Desde una central de geotermia hasta un plan para descontaminar Coyhaique surgieron en su visita.

Hace casi una semana se dieron a conocer los resultados preliminares del proyecto “Estimación y valorización del potencial geotérmico de Aysén”, iniciativa desarrollada por el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes, CEGA, en colaboración con la Seremi de Minería de la región de Aysén, y financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC).

Y fue el propio director de CEGA, Diego Morata, quien llegó a la región junto a un equipo de investigadores para entregar detalles de lo que son los primeros estudios que dan cuenta de un real potencial geotérmico en Aysén.

“Presentamos los resultados pre eliminares de lo que será el estudio final y que demostró el potencial real que tiene la región de Aysén para el uso de la geotermia” señaló Morata al iniciar la conversación diario El Divisadero.

Fueron dos años de investigación donde se registró el potencial geotérmico de la región además de entregar importante información para proveer de alternativas de calefacción a hogares, edificios públicos, y la industria agrícola de la región, generando incluso una propuesta para descontaminar Coyhaique.

“La investigación mostraba la factibilidad que tiene la región con la geotermia, pero lo que si hemos observado que podría ser una alternativa para la descontaminación de Coyhaique, y digo Coyhaique pero puede ser Puyuhuapi, con el uso de las bombas de calor y calefacción distrital mediante geotermia. No quiero decir con esto que mañana se podría terminar con esto de la contaminación, pero es una posibilidad que merece una mirada más detenida. Queremos apuntar a un proyecto FIC Aysén 2.0, justamente en esta línea. Hasta qué punto con un poco más de investigación pudiésemos llegar a concretar una planificación urbana de Coyhaique donde se podría utilizar esta tecnología” señaló Morata.

El investigador fue más allá y señaló como alternativa comenzar con zonas de la ciudad para lograr lo que ha ocurrido en ciudades de Europa que han desarrollado fuertemente como matriz de calefacción la geotermia.

“Es difícil a lo mejor pensar en un sistema distrital en la ciudad porque gran parte ya está construida, pero si es posible decir que los nuevos barrios los vamos a hacerlos de manera eficiente y con estos nuevos sistemas de calefacción. Hemos avanzado mucho con este proyecto y nos encantaría seguir haciendo investigación en la región pensando en actividades concretas, que quede en algo más que un documento. Estoy convencido que la ciudad de Coyhaique podría mitigar mucho su tasa de contaminación si se aplicase geotermia en uso directo”.

La región presenta características suficiente como para pensar en el diseño de una pequeña planta de generación eléctrica de 2 a 5 Megawatts, que de acuerdo a las condiciones del terreno, podría ubicarse en Puyuhuapi, La Junta o Puerto Cisnes.

Diego Morata propicia potenciar esta energía en las estrategias de innovación regional, como una oportunidad real de su desarrollo. “Hay dos o tres sectores donde se podrían construir centrales geotérmicas. Como hay un plan de descontaminación para la región pensando al 2025, tenemos tiempo. Cómo dentro de la estrategia regional de innovación en Aysén se puede insertar de manera efectiva la geotermia como una fuente de descontaminación” dijo.

El investigador finalizó anunciando que buscarán realizar una propuesta de un plan de descontaminación de la ciudad de Coyhaique mediante geotermia.

“Coyhaique puede apuntar y debiese apuntar a una ciudad 100% limpia. Sea exclusivamente con geotermia o sea con un mix de otras fuentes de energías limpias. Dirán que es caro, bueno, metamos en la ecuación la salud, metamos en la ecuación el bienestar y la calidad de vida. La inversión inicial es alta, nadie lo va a negar, pero la calidad de vida debiese estar por encima de los componentes económicos” apuntó Morata.

La investigación fue gestionada en conjunto con la Seremi de Minería de la región de Aysén, y contó con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), de 150 millones de pesos.

Fuente: El Divisadero