La aventura de ser minero por un día

Mil toneladas de roca sobre sus cabezas formadas hace aproximadamente 20 millones de años, 2 mil metros de altura sobre el nivel del mar, túneles laberínticos y poderosas máquinas rasguñando con decisión las entrañas de la tierra para extraer el cobre, fueron alguna de las vivencias que experimentó un grupo de personas invitados por División El Teniente. Esto en el contexto del Mes de la Minería, en que Codelco convoca a un grupo de ciudadanos de la región de O’Higgins, a conocer en carne propia el diario vivir del minero que trabaja en la Corporación.

Valentina Santelices, Gerente (i) de Sustentabilidad y Asuntos Externos de la División,  explicó que el objetivo de esta iniciativa es que “la gente sepa cómo trabajan nuestros mineros. Es una labor muy esforzada, pero también muy segura y que la hacen con mucho cariño porque saben los beneficios que le entregan a Chile. Codelco es la empresa que más aporta al Estado, y de El Teniente, a su vez, es la División que más contribuye”, agregó.

Mina Esmeralda

El lugar visitado fue la mina Esmeralda, que produce alrededor de 35 mil toneladas diarias de material y donde trabajan cerca de mil personas en tres turnos. En el sitio, los invitados, guiados por Nicolás Jamett, Jefe de Procesos de Perforación y Tronadura de la mina Esmeralda, pudieron recorrer los túneles, ver en acción una pala o LHD y la sala de telecomandos desde donde los tenientinos trabajan a distancia.

Verónica Guajardo, directora del Colegio Alberto Blest Gana de la población Dintrans de Rancagua aseguró que “es la primera vez que vengo. Es muy emocionante en lo personal porque soy hija de minero y mucho de lo que he visto acá me recuerda las historias que escuchaba”. La docente agrega que “con esta experiencia se ilustra mucho la relevancia de la minería, de su historia y la perspectiva de cambio”.

Quien tampoco nunca antes había pisado un yacimiento es Óscar Acevedo, estudiante de construcción civil y que trabaja en el restorán “el Rincón de Las Marías”, en la capital regional. “Es extraordinario ver la cantidad de túneles, la ingeniería aplicada, incluso el olor y la humedad. Es una impresión tremenda para mí haber estado dentro de un cerro”.

En este último punto también coincide Guillermina Covarrubias, poeta y peluquera o “empresaria de cabellos” como describe su oficio. “No la conocía así es que es maravilloso estar en el corazón de la tierra misma y poder apreciar el progreso y la magnitud de esta gran mina. Es para contarlo y no creerlo y, lo mejor es que es nuestra”.

Eduardo Pizarro, como buen profesor de historia, del colegio Alberto Blest Gana, considera esta visita como una gran oportunidad de comprobar en terreno por qué las memorias de la región y de ciudades como Rancagua giran en torno a El Teniente. “Me da la magnífica oportunidad de transmitirle a mis alumnos una alternativa de estudio, además de percibir otros aspectos como los estándares de seguridad y lo relacionado con el medio ambiente, que son parte de la política de esta empresa. Por esas y otras razones, se merece que las nuevas generaciones se interesen en conocerla”.

Si bien no es primera vez que visita El Teniente, Denis Celery, profesor de la Escuela de Orfebrería de Coya y Consejero Regional de la Cultura tiene claro el impacto que produce el yacimiento en su arte. “Es importante saber el proceso de extracción del cobre, de dónde sale y cómo se obtiene. Eso influye en la elaboración de las diferentes piezas que hacemos con este mineral junto con nuestros alumnos.”

Entre los invitados también había quien daba gracias a Dios por la oportunidad de conocer la mina subterránea de cobre más grande del mundo, como Bernardita Tapia, encargada de la Oficina de Información Turística Tierra que Encanta, de Coya. “Estoy aprovechándola al máximo. Mi marido trabaja como operador en la Planta de Ácidos hace 12 años y yo siempre había querido conocer la mina. Sólo ahora he podido hacer realidad mi sueño.  Ver la tecnología y los avances que se aplican”.

Agradecimientos

Todos los visitantes manifestaron su agradecimiento por la invitación de División El Teniente. “Hay que considerar que acá vienen personas de Estados Unidos, Australia, Canadá, a aprender de quienes trabajan aquí”, dice Óscar Acevedo.

Para Denis Celery “poder vivir en cuerpo alma la experiencia de un minero, permite que las personas comunes y corrientes conozcan realmente cómo es el día a día en las entrañas de la tierra. Felicitaciones a los gestores de esta idea”.

 

( Fuente: Codelco El Teniente )

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